Evangelio - Historia y Reflexión...

No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores Mateo 9,9-13

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre 

 

 

San Bonifacio, obispo. ¡Oh Dios!, fuente de todo bien, escucha sin cesar nuestras súplicas; concédenos, inspirados por ti, pensar lo que es recto y cumplirlo con tu ayuda. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

1. Yo quiero misericordia y no sacrificios Oseas 6, 3b-6

2. Salmo 49 Dios salva al que cumple su voluntad

3. Se fue robusteció y dio con ello gloria a Dios. Pablo a los romanos 4, 18-25

4. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores Mateo 9,9-13 En aquel tiempo, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su mesa de recaudador de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. El se levantó y lo siguió. Después, cuando estaba en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores se sentaron también a comer con Jesús y sus discípulos. Viendo esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: “¿Por que su Maestro come con publicanos y pecadores”? Jesús los oyó y les dijo: “No son lo sanos lo que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”

Culto vacío no es religión

Lo que Dios reprueba es el culto vacío de espíritu, verdad y de vida.

 

Un hombre golpeaba fuertemente una roca, con rostro duro, sudando. Alguien le preguntó: - ¿Cuál es su trabajo? Y contestó con pesadumbre: - ¿No lo ve? Picar piedra. n segundo hombre golpeaba fuertemente otra roca, con rostro duro, sudando. Alguien le preguntó: - ¿Cuál es su trabajo? Y contestó con pesadumbre: - ¿No lo ve? Tallar un peldaño. Un tercer hombre golpeaba fuertemente una roca, transpirado, con rostro alegre, distendido. Alguien le preguntó: - ¿Cuál es su trabajo?". Y contestó ilusionado: -Estoy construyendo una catedral.

Ha venido a llamar a los pecadores

¿Por qué ir a la Iglesia?

“Un hombre escribió una carta al director del periódico de su localidad, y comentaba el poco sentido que había tenido para él acudir a la iglesia cada domingo. He ido durante 30 años -escribía-, y desde entonces he escuchado algo así como 3000 homilía. Pero no puedo recordar uno solo de ellos. Pienso entonces que he gastado mi tiempo, y los sacerdotes el suyo, dando sermones en balde. A raíz de aquella carta comenzó una pequeña polémica en las Cartas al Director de aquel periódico. Continuó durante semanas, hasta que alguien escribió unas breves líneas que, sorprendentemente, zanjaron todas las controversias. "Llevo casado 30 años. Desde entonces he tomado aproximadamente 32000 comidas y cenas. Pero no puedo recordar el menú entero de ninguno de esos días. Sin embargo, no por eso debe deducirse que hayan sido en balde. Me alimentaron y me dieron la fuerza para vivir, y si no hubiera tomado aquellas comidas, hoy estaría muerto”

Lo esencial a la religión cristiana