Evangelio - Historia y Reflexión...

“Hoy se cumple este pasaje de la escritura” Lucas 4,14-22

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre 

 

 

San Melenio.

Lucas 4,14-22 “Hoy se cumple este pasaje de la escritura”

En aquel tiempo, con la fuerza del Espíritu, Jesús volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas; todos lo alababan y su fama se extendió por toda la región. Fue también a Nazaret, donde se había criado; entró en la sinagoga según su costumbre un sábado, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el libro del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrolló el libro, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido ante ustedes está profecía». Todos le daban su aprobación y admiraban la sabiduría de las palabras que había pronunciado”

Un Dios verdadero entre nosotros

 

La Nube

Había una vez una nube llena de agua y le dice al viento; Viento sóplame fuerte y llévame al bosque para darle mi agua. Y el viento la va moviendo, cuando pasan sobre un rosal, el cuál al ver la nube  se alegra y le grita: ¡Nube, nube, regálame de tu agua! Y la nube muy orgullosa le dice al viento: Llévame al bosque no le voy a dar mi agua a un simple rosal, llega y se posa sobre el bosque y con voz fuerte le dice: ¡Bosque, bosque alégrate conmigo por que te traigo el agua, que te va a alimentar y embellecerte! Y el bosque le contesta: Quien te crees tú para traerme el agua cuando nadie te la ha pedido, no la necesito. Y la nube, herida en su orgullo, dice: Viento, viento, ya que el bosque es un malagradecido llévame al mar para darle mi agua. El viento la leva y cuando está sobre el mar, la nube le grita al mar y le dice: ¡Mar, mar, alégrate conmigo porque te traigo más agua! y el mar le contesta: Quien te crees tú, para traerme agua cuando yo no te la he pedido, yo tengo mis propios ríos y cuando necesito agua ellos me abastecen de ella. Por segunda vez la nube se siente herida en su orgullo y le dice al viento. Viento, viento sóplame fuerte y llévame sobre el desierto, él si valorará mi agua, llega sobre el desierto y le grita. Desierto, desierto, alégrate conmigo porque te traigo el agua que te va a ser fértil, y el desierto le contesta, y quien te crees tú para darme agua cuando yo no te la he pedido, si toda mi vida he sido estéril, para que quiero ser fértil, si tu me das esa agua enfermaré. La nube se pone triste y dice, viento, viento ya que estos malagradecidos no quieren mi agua, llévame con el rosal para darle mi agua, el viento la leva y cuando esta encima del rosal, le grita: ¡Rosal, rosalito, salga porque ya te traigo el agua que tanto me pedías! Y el rosal no sale, la nube desciende un poco más y vuelve a gritarle, pero el rosal no sale, baja un poco más y se da cuenta que el rosal ya murió, pues cuando el le pidió el agua por orgullo ella no se la dio.

Un Dios en todo y para todos

Más que denuncia es anuncio

·         Para una vida mejor.

·         Para un encuentro en el perdón

Para una paz necesaria