Evangelio - Historia y Reflexión...

Han convertido mi casa en cueva de ladrones Lc 19,45-48

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

San Andrés Dung-Lac y comps. – MO

Dios y Padre nuestro, fuente y origen de toda paternidad, que a los bienaventurados mártires Andrés y sus compañeros les concediste ser fieles a la cruz de tu Hijo, por su intercesión te pedimos que también nosotros propaguemos tu amor entre nuestros hermanos y seamos dignos de contarnos entre tus hijos. Por nuestro Señor Jesucristo.

 Ap 10,8-11 me comí el libro.

Salmo responsorial  118 Mi  alegría es cumplir tus mandamientos.

Lc 19,45-48  Han convertido mi casa en cueva de ladrones. “Aquel día, Jesús entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban allí, diciéndoles: “Está escrito: Mi casa es casa de oración; pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones”. Jesús enseñaba todos los días en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los jefes del pueblo intentaban matarlo, pero no encontraban cómo hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de sus palabras.

 S. Andrés Dung-Lac y compañeros mártires (S. XVI-XX)  En 1988 Juan Pablo II canonizaba a 117 santos mártires del Vietnam. Entre ellos el más conocido es Andrés Dung-Lac, muerto en 1839. A ellos hay que unir los miles de cristianos, obispos, presbíteros, religiosos y religiosas, catequistas y otros laicos, que entregaron la vida por Cristo entre los siglos XVI y XX.

Una postura de fortaleza

La dureza para con los duros

 

El hombre es un templo, la mujer es el sagrario. Ante el templo nos descubrimos, ante el sagrario nos arrodillamos.

En fin, el hombre está colocado donde termina la tierra y la mujer donde comienza el cielo.

 

Un nuevo templo

Jesús no tiene miedo. En nada tira la piedra esconde la mano. Es real.

No se donde lo leí

En la puerta de un templo se podía leer: Entre y ore. Si quiere simplemente descanse. Pero debes estar seguro que aquí habita Dios sacramentalmente presente en la Divina Eucaristía.

 

 

Oración después de la comunión

Fortalecidos con esta Eucaristía, te suplicamos, Señor, al conmemorar a tus santos mártires Andrés y compañeros que permanezcamos unidos en tu amor y podamos conseguir el premio eterno de nuestros sufrimientos. Por Jesucristo, nuestro Señor