Evangelio - Historia y Reflexión...

Ha vuelto más que uno a dar gloria a Dios Lucas 17,11-19

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

San Alberto Magno

 Dios nuestro, que otorgaste a san Alberto Magno el don de conciliar el saber humano con la verdad revelada, concédenos, por su intercesión que, a través del progreso científico, podamos profundizar en tu conocimiento y en tu amor. Por nuestro Señor…

Tito 3,1-7 Aunque estemos equivocados la misericordia de Dios nos salva

Salmo 22 El Señor es mi pastor, nada me falta.

Lucas 17,11-19 Ha vuelto más que uno a dar gloria a Dios “En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: Jesús, maestro, ten compasión de nosotros. Al verlos, Jesús les dijo: Vayan a presentarse a los sacerdotes. Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra. Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ése era un samaritano. Entonces dijo Jesús: ¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?” Después le dijo al samaritano:-Levántate y vete. Tu fe te ha salvado”

S. Alberto Magno (1206-1280) Nace en Lauingen (Baviera) En 1223 ingresó en la orden de los Dominicos. Un hermano y dos hermanas suyas pertenecieron a la familia dominicana. Durante sus estudios descolló por su portentosa inteligencia. Maestro excepcional en las ciencias profanas y religiosas, en su vida unía el estudio, la docencia y la mística iluminando a la Iglesia con su saber. Dejó numerosas obras escritas. Ordenado obispo, trabajó por la concordia y por la paz, y asistió al II Concilio de Lyón. Pío XI lo proclamó doctor de la Iglesia.

HOY SEMBRARE...

Hoy sembraré una sonrisa...para que haya más alegría.

Hoy sembraré una palabra consoladora...para cosechar serenidad.

Hoy sembraré un gesto de caridad...para que haya más amor.

Hoy sembraré una oración...para que el hombre esté más cerca de Dios.

Hoy sembraré palabras y gestos de verdad...para que no crezca la mentira.

Hoy sembraré serenidad de acciones...para colaborar con la paz.

Hoy sembraré un gesto pacífico...para que haya menos nervios.

Hoy sembraré en mi mente una buena lectura...para el gozo de mi espíritu.

Hoy sembraré justicia en mis gestos y palabras...para que reine la verdad.

Hoy sembraré un gesto de delicadeza...para que haya más bondad.

¿Dónde están los otros?

Eres mi Dios

Eres mi Dios, quien sana al enfermo

Eres mi Dios, quien da vista al ciego

Eres mi Dios, quien perdona los pecados

Eres mi Dios, quien ordena silencio a la tormenta

Eres mi Dios, quien me recibe en sus brazos

Eres mi Dios, en quien confío plenamente

Eres mi Dios, en quien aunque no vea creo

Eres mi Dios, para quien todo es posible

Leproso

Dios da gratuitamente lo que tiene

Compasivos siempre

 

Agradecidos

Siempre Agradecer

No tengo todo lo que quiero, pero le doy gracias a Dios por lo que tengo.

El salario apenas me alcanza para pagar las cuentas, pero gracias a Dios que por lo menos tengo un trabajo humilde para ganar el sustento.

Los problemas se me han venido multiplicando como si fueran mágicos, pero gracias a

Dios tengo paciencia y fortaleza para sobrellevarlos.

A veces creo que no podré seguir adelante con tanto conflicto, pero le doy gracias a Dios porque cada mañana siento dentro de mi corazón que si puedo.

Los años han ido pasando rápidamente, mi piel esta un poco arrugada, y mis cabellos se están poniendo blancos, pero le doy gracias a Dios por la alegría que siento de vivir.

Cada día le doy gracias a Dios por los conflictos que pude resolver, por los problemas que pude superar, por la enfermedad que pude soportar, por el odio que se transformó en amor, por la soledad que puede sobrellevar.

Cada día lo bendigo por haberme ensenado a decir gracias.

 

Oración después de la comunión

Reanimados por este sacramento, te pedimos, Señor que, a ejemplo de san Alberto Magno, nos esforcemos en dar testimonio de la fe que él tuvo y en llevar a la práctica sus enseñanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.