Evangelio - Historia y Reflexión...

No estás lejos del reino de Dios Marcos 12,28-34

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

Dios omnipotente y misericordioso, de cuya mano proviene el don de servirte y de alabarte, ayúdanos a vencer en esta vida cuanto pueda separarnos de ti. Por nuestro Señor Jesucristo.

Deuteronomio 6,2-6 Amarás al señor con todo tu corazón

Salmo responsorial  17 Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza.

Hebreos 7,23-28 Tiene el sacerdocio que nunca pasa.

Marcos 12,28-34 No estás lejos del reino de Dios  En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos? Jesús le respondió: “El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos. El escriba replicó: Muy bien, Maestro. Tienes razón, cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él, y amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: No estás lejos del Reino de Dios. Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas”

Atrás quedó…

San Francisco de Sales

Si una persona me sacase con odio el ojo izquierdo, creo que lo seguiría mirando amablemente con el derecho. Si me sacara también éste, todavía me quedaría el corazón para amarla.

Evangelio

¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?”

Además de…

“Amar al prójimo como a ti mismo”.

.Tenemos que saber escuchar

Una sola ley, la ley del amor

Será católico de misa dominical, pero si no ama a Dios no le conoce.

Será catequista de primer orden, pero si no ama a Dios no le conoce.

Será coordinador de un sector, pero si no ama a Dios no le conoce.

Será un buen bautizado, pero si no ama a Dios no le conoce.

 “Amar a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”.

Amar a Dios con todo lo que somos es unirse tan íntimamente a Él que nadie podrá apartarnos de su amor.

El Bambú amado

En un lindo jardín había un hermoso Bambú. Sabía que su dueño lo amaba. Un día su dueño le dijo: Querido bambú, Yo necesito de ti. Diga usted, respondió el bambú. Querido Bambú, sólo podré usarte podándote. Además, debo cortar tus hojas. Todavía no es suficiente, debo además, debo cortarte por el medio y sacarte el corazón. Si no hago esto, no podré usarte. Pero sin corazón no podré vivir. Replicó el bambú. Hubo, en todo el jardín, un profundo silencio. El dueño deshojó, arrancó, partió, sacó el corazón. Después llevó al bambú y lo puso en medio de un árido campo y cerca de una fuente donde brotaba agua fresca. Ahí el Señor acostó cuidadosamente en el suelo a su querido bambú; ató una de las extremidades de su tallo a la fuente y la otra la orientó hacia el campo. La fuente cantó dando la bienvenida al bambú. Las aguas cristalinas se precipitaron alegres a través del cuerpo despedazado del bambú... corrieron sobre los campos resecos que tanto habían suplicado por ellas. Ahí se sembró trigo, maíz, soya y se cultivó una huerta. Los días pasaron y los sembradíos brotaron, crecieron y todo se volvió verde... y vino el tiempo de cosecha. Así, el tan maravilloso bambú de antes, en su despojo, en su aniquilamiento y en su humildad, se transformó en una gran bendición para toda aquella región.

Pero…

¿Qué es amor?

Al rey Esteban lo alcanzó una flecha envenenada y la única manera de salvarlo era que alguien le sorbiera el veneno y así se tragara su propia muerte. Pero el rey nunca lo permitió. Pero no pudo escapar a la astucia y al cariño de la reina, que aprovechando el sueño del rey sorbió aquel veneno, muriendo ella y liberando al rey. Cuando el rey vio a su esposa muerta y al darse cuenta de lo que había hecho, lloraba diciendo: Hay que ver cuánto me amaba. Me amó y murió por mí.

El hombre es la perfección del universo

El espíritu es la perfección del hombre.

El amor es la perfección del espíritu.

El amor de Dios es la perfección del amor. (San Francisco de Sales)