Evangelio - Historia y Reflexión...

Maestro, que pueda ver Marcos 10,46-52

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

Aumenta, Señor, en nosotros la fe, la esperanza y la caridad para que cumpla­mos con amor tus mandamientos y podamos conseguir, así, el cielo que nos tienes prometido. Por nuestro Señor Jesucristo.

Jeremías 31,7-9 A los ciegos y cojos los guiaré entre consuelos.

Salmo responsorial 125 Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

Hebreos 5,1-6 Tu eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec

Marcos 10,46-52  Maestro, que pueda ver En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó en compañía de sus discípulos y de mucha gente, un ciego, llamado Bartimeo, se hallaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que el que pasaba era Jesús Nazareno, comenzó a gritar: Jesús, hijo se David, ten compasión de mí. Muchos lo reprendían para que se callara, pero él seguía gritando todavía más fuerte: Hijo de David, ten compasión de mí!. Jesús se detuvo entonces y dijo: Llámenlo. Y llamaron al ciego, diciéndole: Animo Levántate, porque él te llama. El ciego tiró su manto; de un salto se puso en pie y se acercó a Jesús. Entonces le dijo Jesús: ¿Qué quieres que haga por ti? El ciego le contestó: Maestro, que pueda ver. Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Al momento recobró la vista y comenzó a seguirlo por el camino”

Profeta Jeremías nos dice:

Carta a los Hebreos

El evangelio de Marcos

Dejarlo todo es…

Y el ciego tomó una decisión inteligente: tiró su capa, “sus seguridades”, sus ataduras, aquello que lo detenía, lo amarraba y le impedía vivir a plenitud.

Eres mi Dios

Eres mi Dios, quien sana al enfermo

Eres mi Dios, quien da vista al ciego

Eres mi Dios, quien perdona los pecados

Eres mi Dios, quien ordena silencio a la tormenta

Eres mi Dios, quien me recibe en sus brazos

Eres mi Dios, en quien confío plenamente

Eres mi Dios, en quien aunque no vea creo

Eres mi Dios, para quien todo es posible

Eres mi Dios, a quien hoy pido que me abraces

El es tu Dios, tu padre, tu amigo. Deja lo que estés haciendo y entrega tu confianza, tu fe y tu corazón a Dios.

Nosotros. ¿Qué queremos?

 El que persevera vence

 Creer para ver

 Muchos tenemos los ojos cerrados

Dios lo hace mucho mejor

El hombre hace gemir a un avión de reacción, rugir el motor de un auto de carrera, sonar la bocina de una locomotora, hablar a la radio... Pero Dios hace sonreír a un bebé.

El hombre enciende una gran avenida de luz blanca... Mientras que Dios enciende la Vía Láctea.

El hombre levanta torres de iglesias, plataformas para lanzamiento de cohetes, rascacielos de muchos pisos, elevadas antenas de radio y televisión... Pero Dios levanta árboles gigantescos y cumbres montañosas que acarician las nubes y retienen                                                                                                                              la nieve.

El hombre pinta un cuadro sobre la tela...Pero Dios pinta de día en día un cuadro diferente en cada trozo de horizonte.

El hombre gasta cifras fabulosas para atravesar el espacio... En tanto que Dios abre el camino para que la humilde oración de un niño encuentre eco en el corazón de su Padre Celestial.

El hombre pone vida en la pantalla del televisor...Pero Dios da y sostiene la vida de cada uno de Sus hijos.

El hombre diseña lanzas, espadas, tanques, bombas para matar a su hermano...Pero Dios diseñó una colina, una cruz y una tumba abierta para que el hombre pudiese elegir la vida eterna.

 

Tomado de entre los hombres y constituido para los hombres XXX Domingo del tiempo ordinario (B) Jeremías 31, 7-9; Hebreos 5, 1-6; Marcos 10, 46-52

Curación del ciego de Jericó, Bartimeo... Bartimeo es alguien que no deja escapar la ocasión. Oyó que pasaba Jesús, entendió que era la oportunidad de su vida y actuó con rapidez.

Los presentes le mandan a callar, vemos como los acomodados de todos los tiempos pretenden que la miseria permanezca oculta, que no se muestre, que no perturbe la vista y los sueños de quien está bien.

Ceguera es sinónimo de ceguera moral de la ignorancia y de la insensibilidad, pero Bartimeo ve todo con su corazón, ya que tiene fe y alimenta la esperanza. Bien le dice Jesús: «Tu fe te ha salvado»

Me gustaría hablar aquí del sacerdote, tema de la segunda lectura. Del sacerdote se dice ante todo que es «tomado de entre los hombres». No es, por lo tanto, un ser desarraigado o caído del cielo, sino un ser humano que tiene a sus espaldas una familia y una historia como todos los demás. Es criatura humana con los deseos, afectos, las luchas, las dudas y las debilidades de todos.

Es devuelto a la sociedad para su servicio. Y de forma especial al servicio en su destino eterno. San Pablo lo resumen así: «Que nos tengan los hombres por servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios» (1 Co 4,1).

La parroquia debe ser y es el punto más fuerte de complemento, incluso social, en la vida de un pueblo o de un barrio.

El sacerdote como hombre, el sacerdote puede errar, pero los gestos que realiza como sacerdote, en el altar o en el confesionario, no resultan por ello inválidos o ineficaces. El pueblo no es privado de la gracia de Dios a causa de la indignidad del sacerdote. Es Cristo quien bautiza, celebra, perdona; él es sólo el instrumento.

Me parece que a Dios no le importa que sus representantes sean perfectos, pero sí misericordiosos.

 

Oración después de la comunión

Concédenos, Señor, que este memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo nos haga morir de veras al pecado y renacer a una nueva vida. Por…