Evangelio - Historia y Reflexión...

No se le dará más signo que el de Jonás Lucas 11,29-32

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

Santa Eduvigis, religiosa

Dios nuestro, que en santa Eduvigis concediste a los pobres y necesitados una poderosa abogada aquí en la tierra, concédenos, por su intercesión estar dispuestos siempre a ayudar a quien lo necesite. Por nuestro Señor Jesucristo.

Gálatas 4,22-24.26-27.31—5,1 No somos hijos de esclava

Salmo responsorial 112 Bendito sea el Señor, ahora y para siempre.

Lucas 11,29-32  No se le dará más signo que el de Jonás “En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a decirles: “La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una señal, pero no se le dará otra señal que la de Jonás. Pues así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo. Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás”

Oración después de la comunión

Dios omnipotente, que por medio de este sacramento nos comunicas la fuerza de tu Espíritu, haz que, a ejemplo de santa Eduvigis, te amemos sobre todas las cosas y vivamos siempre como verdaderos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Santa Eduvigis

(1180-1243) Nace en Andechs (Baviera). Hija de Bertoldo IV, perteneció a la alta sociedad y llegó a ser duquesa de Silesia. Se casó muy joven con Enrique, duque de Breslavia. De los seis hijos que tuvo con él sólo sobrevivió Gertrudis, que fue abadesa del monasterio de Trebnitz, que había fundado su madre. Durante su vida en palacio se distinguió por llevar una vida austera y consagrada a atender a los pobres. Después de la muerte de su marido, entró en el monasterio cisterciense que había fundado. Allí vistió el hábito cisterciense hasta su muerte.

Cristo es el gran signo de Dios

Hay una tentación

SI PUDIERAMOS CAMBIAR

Si pudiéramos cambiar. la mentira por la verdad, el recibir por el dar,

El odio por el perdón, la duda por la fe, la envidia por la aceptación,

La intolerancia por la paciencia, la dureza por la flexibilidad,

El miedo por el coraje, el desistir por el perseverar,

Las palabras de más por la prudencia, la soberbia por la humildad,

La burla por la piedad, el conformarse por el progresar,

El ocio por el trabajo, los sueños por su realización,

La ambición desmedida por el honor...

Si pudiéramos cambiar esto sentiríamos más cerca que nunca la presencia de Dios en nuestra vida.

 

Necesitamos una fe verdadera

La fe no depende de los milagros

·         Por eso los llama malvados y perversos.

·         Para creer en Jesús no hace falta ningún signo.

·         Son los milagros los que necesitan de la fe.

·         La fe en el corazón y en la vida se hacen los milagros necesarios como respuesta natural de Dios.

·         Ningún milagro da la fe, simplemente invitan a creer.

¿Qué Hizo Jonás

Aprendamos…

Cristo nos invita

 

Dios golpea sin cesar las puertas de nuestro corazón. Siempre está deseoso de entrar. Si no penetra, la culpa es nuestra. (San Ambrosio)