Evangelio - Historia y Reflexión...

El ser humano es el dueño de la ley Lucas 6, 1-5

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

Santa María Por intercesión de la santísima Virgen María, llena de gracia, cuya gloriosa memoria estamos celebrando, haz, Señor, que también nosotros podamos participar de los dones de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...Amén.

1 Corintios 4, 6-15 Hemos pasado hambre y sed y falta de ropa

Salmo 144 El Señor cuida de quienes lo aman.

Lucas 6, 1-5 El ser humano es el dueño de la ley “Un sábado, Jesús iba atravesando unos sembrados y sus discípulos arrancaban espigas al pasar, las restregaban entre las manos y se comían los granos, Entonces unos fariseos les dijeron: “¿Por qué hacen lo que está prohibido hacer en sábado?” Jesús les respondió: “¿Acaso no han leído lo que hizo David una vez que tenían hambre él y sus hombres? Entró en el templo y tomando los panes sagrados, que sólo los sacerdotes podían comer, comió de ellos y les dio también a sus hombres”. Y añadió: “El Hijo del hombre también es dueño del sábado”

Los discípulos

Dios ha venido para…

Una Fe que contagie

Estaba un hombre en la calle repartiendo tarjetas con esta escritura: "Busca a Jesús. Él cambiará tu vida y te llenará de su alegría". Lo hacía con una cara amarga y de pocos amigos. Mucha gente leía la tarjeta y la tiraba, pues el rostro del hombre no representaba lo que la tarjeta decía.

Cuantas veces nosotros decimos creer en Jesús, pero con nuestro mal carácter, nuestra frialdad hacia el hermano o la indiferencia ante la necesidad de los otros, hacemos que mucha gente se no se acerque y mas bien se aleje, pues a pesar de tener grandes verdades que decir, las decimos como si fueran mentiras.

Si crees en Jesús sé alegre, tranquilo, confiado en que tienes un Dios y un amigo que te acompaña y ama, pues es posible que tu vida y testimonio sean la primera Biblia que muchos lean. Y nadie presta un libro sucio, maltrecho y mal presentado.

El domingo…

Mucho cuidado

“El hombre no se hizo para el fin de semana, sino el fin de semana para el hombre”

 

Queriendo vender el negocio

Le pidió a un poeta que redactara un anuncio para vender su negocio. El poeta escribió: Se vende encantadora propiedad, donde cantan los pájaros al amanecer en las extensas arboledas, rodeado por las cristalinas aguas de un lindo riachuelo. La casa, bañada por el sol naciente, ofrece la sombra tranquila de las tardes. Pasados algunos meses se encontraron y el poeta preguntó. Amigo vendió el negocio. No pensé más en eso, dijo el hombre. Después que leí el aviso me di cuenta de la maravilla que tenía.

A veces, no nos damos cuenta de las cosas buenas que tenemos y vamos tras falsos tesoros. Debemos valorar lo que tenemos y que nos fue dado gratuitamente por Dios: la salud, los amigos, el empleo, el conocimiento que adquirimos, la sonrisa de los niños y el cariño de esa persona especial. Estos sí son verdaderos tesoros. 

¿Por qué Ir a la Iglesia?

Una persona que siempre iba a la Iglesia, escribió una carta al editor de un
periódico quejándose de que no tenía ningún sentido ir a la iglesia todos los domingos. He ido a
la Iglesia por 30 años, escribió, en ese tiempo he escuchado algo así como unos 3,000 sermones. Pero en mi vida, no puedo recordar uno solo de ellos. Por eso pienso que estoy perdiendo mi tiempo y los demás están perdiendo su tiempo dando sermones. Para al deleite del editor, esto empezó una verdadera controversia en la columna de Cartas al Editor. Esto continuó durante semanas hasta que alguien escribió esta nota:

He estado casado por 30 años. Durante ese tiempo mi esposa me ha cocinado unas 32,000 comidas. Pero en mi vida, no puedo recordar el menú entero de todas esas comidas. Pero sé una cosa: Esas comidas me nutrieron y me dieron la fuerza necesaria para hacer mi trabajo. Si mi esposa no me hubiera dado todas esas comidas, estaría físicamente muerto hoy. Igualmente, si no hubiera ido a la iglesia para nutrirme, estaría espiritualmente muerto hoy. 

Oración después de la Comunión

Habiendo recibido el sacramento celestial, te pedimos, Señor, que cuantos hemos celebrado con veneración, la memoria de la santísima Virgen María, merezcamos participar del banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.