Evangelio - Historia y Reflexión...

Una gran fe Mateo 15, 21-28

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

Concédenos, Señor, Dios nuestro, amarte con todo
el corazón y, con el mismo amor, amar a nuestros prójimos. Por nuestro Señor…

Jeremías 31, 1-7 Con amor eterno te amé

Salmo El Señor será nuestro pastor.

Mateo 15, 21-28 Una gran fe  “En aquel tiempo, Jesús se retiró a la comarca de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea le salió al encuentro y se puso a gritar: “Señor, hijo de David, ten compasión de mí. Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio”. Jesús no le contestó una sola palabra; pero los discípulos se acercaron y le rogaban: “Atiéndela, porque viene gritando detrás de nosotros”. El les contestó: “Yo no he sido enviado sino a las ovejas descarriadas de la casa de Israel”. Ella se acercó entonces a Jesús y postrada ante él, le dijo: “¡Señor, ayúdame!” El le respondió: “No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos”. Pero ella replicó: “Es cierto, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos”. Entonces Jesús le respondió: “Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas”. Y en aquel mismo instante quedó curada su hija”

Un pueblo en camino…

La insistente súplica de la mujer

Nosotros

Pedid y recibiréis, buscad y hallaréis, tocad y se os abrirá

Y por eso, cuanto más fielmente creemos, más firmemente esperamos y más ardientemente deseamos este don, más capaces somos de recibirlo”

“nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene” (Rom 8, 26)

Dios quiere…

·         Aumentar nuestra fe

·         Nuestra confianza y nuestro amor incondicional a su Persona.

·         Que creamos y esperemos contra toda esperanza.

·         Que confiemos en Él, en su omnipotencia y en su amor misericordioso

Al prolongar nuestra espera, desea probar cuán grande es nuestra fe y nuestra confianza en Él.

Hay que saber esperar

·         Lo contrario es desesperanza.

·         Decepción.

·         Angustia.

·         Hay que buscar siempre su santísima voluntad.

La confianza

Una vez se estaba incendiando un edificio de 9 pisos en el centro de una ciudad muy importante; las personas del edificio al enterarse que el edificio estaba en llamas rápidamente salieron de sus departamentos, a excepción de un niño de 8 años de edad que dormía en el octavo piso, pues su papá había salido a comprar algo y su mamá estaba de viaje. El fuego crecía y se dieron cuenta que había un niño en el octavo piso, pero era imposible llegar al niño. El Padre escuchó el llanto del niño, a la vez que grataba:: Papi, tengo miedo  El padre lo escucha y llorando le dice:

- Hijo. No tengas miedo yo estoy aquí abajo, no tengas miedo.

Pero el niño no lo miraba: Papi no te veo, sólo veo humo y fuego.

Pero el Padre sabe que está ahí en la ventana porque el fuego lo ilumina.

- Pero yo sí te veo, hijo.

- Hijo sabes que debes hacer, tírate que aquí te agarramos todos los que estamos abajo, TÍRATE. El hijo le dice: Pero yo no te veo.  El padre contesta.

- Sabes cómo debes hacer, cierra los ojos, lánzate

El niño dice:

- PAPI no te veo, pero allá voy

Y cuando el niño se lanzó, abajo lo rescatan. Entonces el padre lo abraza, llora con el hijo.

El hijo comprende que hay veces que al padre no se lo ve pero sus palabras son suficientes para confiar en él.

Así es nuestra vida, muchas veces hay incendios, tenemos problemas parecidos a este niño, y nuestro padre DIOS nos dice: TÍRATE. CONFIA EN MI, y nosotros tenemos que lanzarnos, así, no miremos nada, ni sintamos nada, con FE, con FE tienes que salir adelante! Porque sólo su palabra nos basta.

 

Oración después de la Comunión

Que el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que acabamos de recibir, nos ayude, Señor, a vivir más profundamente nuestra fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.