Evangelio - Historia y Reflexión...

Multiplicación de los panes Juan 6,1-15

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

Padre santo y todopoderoso, protector de los que en ti confían, ten misericordia de nosotros y enséñanos a usar con sabiduría de los bienes de la tierra, a fin de que no nos impidan alcanzar los del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

2 Reyes 4,42-44 Comerán y sobrará

Salmo responsorial 144 Bendeciré al Señor eternamente.

Efesios 4,1-6 solo cuerpo y un solo Espíritu

Juan 6,1-15  Multiplicación de los panes “En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto las señales milagrosas que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: ¿Cómo compraremos pan para que coman éstos? Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: «Ni doscientos denarios bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan». Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?» Jesús le respondió: «Díganle a la gente que se siente». En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí, y tan sólo los hombres eran unos cinco mil. En seguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a sus discípulos: «Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien». Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce canastos. Entonces la gente, al ver la señal milagrosa que Jesús había hecho, decía: «Éste es, en verdad, el profeta que había de venir al mundo». Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a la montaña, él solo”

San Pablo nos dice que…

El reconocimiento de la paternidad de Dios nos lleva a reconocer en los demás a nuestros hermanos.

No hay para tantos

Es más que un milagro: cinco panes y dos peces para cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños

Compartir el pan se convierte en un gesto que prolonga y mantiene la vida, un gesto de pascua y de resurrección. Al partir el pan se descubre la presencia nueva del resucitado.

La llamada es a compartir

1.      Porque somos hijos de un mismo Padre.

2.      La solidaridad es la mejor expresión del amor de Dios.

3.      Porque compartir es la clave para hacer realidad la fraternidad

4.      Porque cuando se comparte con gusto y con alegría el alimento se multiplica y sobra

5.      ¡Pues para Cristo no hay imposibles

6.      Porque a Dios le gusta actuar a través de instrumentos pobres, frágiles y limitados.

El cardenal Van Thuan, ese arzobispo vietnamita que fue perseguido por el régimen comunista de su país y que transcurrió trece años en la prisión, comenta bellamente en su libro “Testigos de la esperanza” que él “ama a Jesús por sus defectos”. No es una herejía, aunque lo parezca, sino una verdad más grande que una catedral. Sus “defectos” son los que lo hacen más atractivo, más humano, más amable y más cercano a nosotros. Algunos de esos defectos, nos dice el cardenal, son: que Jesús no conoce las matemáticas, que no actúa con lógica humana y que no es experto en finanzas ni en economía. ¡Y aquí tenemos otra prueba de ello!

Pero…

Hace falta mucha fe

·         Que no es creer en los milagros. Sino en Cristo.

·         No pedirle a Jesús que cambie las piedras en pan, sino dejarlo que trasforme nuestro corazón de piedra en un corazón de carne


Oración después de la comunión

Señor, que esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos ayude a corresponder al don inefable de su amor y a procurar cada día nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.