Evangelio - Historia y Reflexión...

¿Por qué lloras? Juan 20,1-2.11-18

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

Santa María Magdalena. Dios nuestro, que quisiste que santa María Magdalena fuera la primera en recibir de tu Hijo Unigénito el encargo de anunciar el gozo de la resurrección concédenos, que siguiendo su ejemplo, demos a conocer a todos que Cristo vive y está esperando en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

Cantar 3,1-4 Mi alma está sedienta de ti, mi Dios

Salmo responsorial  62 Señor, mi alma tiene sed de ti.

Juan 20,1-2.11-18 ¿Por qué lloras? “El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y  no sabemos dónde lo habrán puesto». María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron: ¿Por qué estás llorando, mujer? Ella les contestó: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto». Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas? Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: «Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto». Jesús le dijo: ¡María!» Ella se volvió y exclamó: Rabbuní, que en hebreo significa ‘maestro’. Jesús le dijo: «Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios. María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que había visto al Señor y para darles su mensaje”

María Magdalena

Necesitamos al igual que Magdalena

Encontrarse con el Resucitado significa

·         .Experimentar la nueva vida del Maestro.

·         Transformación desde adentro y poder de anunciarlo a los demás.

·         Hacer que los otros lo descubran.

 

Oración después de la comunión

Que el sacramento que hemos recibido encienda, Señor, en nosotros aquel mismo amor ardiente y fiel de santa María Magdalena a Cristo, su maestro, que vive y reina por los siglos de los siglos.