Evangelio - Historia y Reflexión...

Has revelado estas cosas a los sencillos Mateo 11,25-27

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

Señor, tú que iluminas a los extraviados con la luz de tu Evangelio para que vuelvan al camino de la verdad, concede a cuantos nos llamamos cristianos, imitar fielmente a Cristo y rechazar lo que pueda alejarnos de él. 

Isaías 10,5-7.13-16 No se coloca el hacha contra quien la blande

Salmo responsorial 93 Escucha, Señor, a tu pueblo.

Mateo 11,25-27  Has revelado estas cosas a los sencillos “En aquel tiempo, Jesús exclamó: «¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien. El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”

La sencillez entiende a Dios

“¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla!”

 

Si la nota dijese: una nota no hace una melodía,... no habría sinfonía.

Si la palabra dijese: una palabra no puede hacer una página.... no habría libro.

Si la piedra dijese: una piedra no puede levantar una pared.... no habría casa.

Si la gota dijese: una gota no puede formar un río,... no habría océano.

 

La fe de los sencillos

"No es suficiente combatir la ignorancia de los ignorantes. Es preciso también y en primer lugar, combatir la ignorancia de los que saben muchas cosas, y en especial de los que creen saberlo todo" (Edgar Fauré)

La reina Victoria de Inglaterra estaba casada con el príncipe alemán Alberto de Coburgo Cierto día, tras una discusión, el príncipe se encerró en sus habitaciones. Poco a poco después la reina fue a llamar a su puerta.

¿Quién es? preguntó él, que era el agraviado. La Reina de Inglaterra, respondió ella. Siguió el silencio y la puerta continuó cerrada. De nuevo dijo el príncipe: "¿Quién es?" Con idéntica respuesta: "La Reina de Inglaterra"; y así varias veces. El cambio se dio cuando él preguntó: "¿Quién es?" Y ella respondió: "Tu esposa, querido Alberto." La puerta se abrió inmediatamente de par en par.

La sencillez es llave maestra que abre todos los corazones. Las puertas se le cierran al soberbio y se le abren al humilde. Cada paso adelante en el sendero de la sencillez es también un avance en el camino de la reconciliación.

Oración después de la comunión Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía, que hemos recibido, nos ayude a amarte más y a servirte mejor cada día. Por Jesucristo, nuestro Señor

.