Evangelio - Historia y Reflexión...

Pasión de nuestro Señor Jesucristo Juan 18,1–19,42

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

Padre nuestro misericordioso, santifica y protege siempre a esta familia tuya, por cuya salvación derramó su Sangre y resucitó glorioso Jesucristo, tu Hijo. El cual vive y reina. Amén.

Isaías 52,13—53,12

Salmo responsorial  Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Hebreos 4,14-16; 5,7-9)

Juan 18,1–19,42 Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan

Para entender…

“El que pierda la vida la encontrará”

·         Entonces, la felicidad está en dar que en recibir.

Entonces…

·         El centavo que da la viuda de limosna vale más que los grandes billetes.

·         Las lágrimas de la mujer pecadora son mejores que la leyes que cumplen los legalistas.

·         Zaqueo arrepentido es mejor que los escribas y fariseos.

·         De ahí que Pablo sienta orgullo por la cruz.

·         En la cruz se unen la vergüenza del hombre con la infinita grandeza de Dios. En nuestro pecado está la bondad infinita de Dios.

 

La cruz centro de la vida cristiana.

La soledad de Cristo

No hay mayor tristeza que la soledad de una persona. Mientras haya familia que lo pueda atender o acompañar.

En el evangelio se nota dos gritos de Cristo: Una para gritar su soledad.

“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”

                                                                     Y la otra antes de expirar

“Perdónalos porque no saben lo que hacen”

No podemos negar que…

 

Pero ese dolor

¿Por qué me has abandonado?

“Realmente este era el Hijo de Dios”

 

 

Un día de mucho silencio…

·         Para adorar no la cruz que mata, sino al redentor que sana y salva.

·         No puede ser un simple recuerdo. Es actualización.

Rostro de Cristo…

El rostro humano tiene mucho significado. Es la parte del cuerpo que nosotros no podemos ver directamente. Y, sin embargo, la parte que los demás ven. Son los demás quienes nos dicen: "Te veo hoy con mala cara" o "Tienes buena cara". Nuestro rostro es la ventana por la cual se comunica lo que somos. Comunican nuestros ojos y comunican nuestros labios. Una frente fruncida es señal de preocupación. Unos labios apretados indican rabia. Una sonrisa transmite alegría. 

            En Jesús, por el profeta sabemos: "No oculté el rostro a insultos y salivazos" o las del salmo 68 "La vergüenza cubrió mi rostro" En ese rostro está registrado todo.  En vísperas de su muerte, el rostro de Jesús resume la entera trayectoria de su vida terrena: sus fatigas de largas caminatas, la tristeza frente a un pueblo interesado y no convertido; la preocupación por el futuro de los discípulos después de la cruz; su rapidez con que lleva adelante el reino de su Padre… Pero lo importante, es cómo ven su rostro los otros. Ellos, incluso Judas, se preguntaban ¿Seré yo maestro? Veían rabia preocupación, rabia, frustración, derrota, o luminoso, triunfador, tranquilo,  sereno… No podemos olvidar "Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro". Palabras y súplicas de quienes viajan. Pero es aquí, en la liturgia de este día, donde encontramos ese rostro que nos invita a no mirar a los lados, a no vacilar delante del que sufre o de aquella persona que vive despreciada o de mala manera. "Oculi nostri ad Dominum Jesum" canta la liturgia. "Nuestros ojos están vueltos al Señor Jesús".

Las manos de Cristo…

Abiertas, sangrantes, atravesadas por los clavos. Ahí y sin poder moverlas. Quizás le faltan fuerzas, ya el agotamiento está llegando a su final. Ya sin movimiento, los tendones no responden, sus músculos se quedan atolondrados…

El cuerpo de Cristo…

Parece un figurín de práctica de sastre. Por todos lados una aguja aprieta un talla o una medida. Ese cuerpo está añejado, deshecho de tanto dolor. Pero es un cuerpo que soporta y obedece a un camino “El gólgota” El siervo de Dios, como un cordero llevado al matadero, cargó sobre sus espaldas las iniquidades de todos los hombres.

La cruz de Cristo…

La santa Cruz. La Cruz significa la humillación de Cristo pero también significa la exaltación del Hijo de Dios redentor de los hombres. Pero es un lugar de muerte, de condena, de esa manera para que todos sepan lo que les va a pasar si siguen con ese del cristianismo. Por eso, hermanos, el primer pensamiento de hoy tenía que ser este del profeta Isaías: "Y lo vimos y no parecía cara de hombre, era horroroso, se volvía el rostro al mirarlo, daba asco, daba miedo, un matado como no ha habido otro matado, un torturado que ha superado todas las torturas, una humillación hasta el abismo!

PADRE, PERDÓNALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN

Que lejos está Jesús del odio, del resentimiento, de la venganza, esa es su verdadera voz, débil, pero segura de su amor. El que hacía los mejores milagros ha sido crucificado. El que podía liberarse haciendo polvo a sus perseguidores, no quiere violencia. No quiere que nadie se pierda, sino que todos se salven. Por eso, todos estamos llamados a la liberación. Una liberación a partir del perdón, del amor. De ahí que podamos entender. ACUÉRDATE DE MI CUANDO ESTES EN TU REINO para que el maestro de dolores se vuelva hacia él y le responda: Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso. Esto despierta un diálogo amoroso con su mamá y con su discípulo: AHÍ TIENES A TU MADRE, AHÍ TIENES A TU HIJO. Jesús es ternura, es amor. En María está la acción de gracias y el remanso para adquirir la fe que se esconde en esa cruz tan cruel. De repente otro grito: TENGO SED. Es un hombre necesitado que representa el dolor de los demás hombres. Es una sed auténtica. Necesita agua y punto. No hiel ni vinagre. No droga que adormece. Luego, con sensación de buscar al Padre vuelve a gritar: DIOS MIO. ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO? Vive la soledad del dolor. Cuando llega la hora de la prueba, cuando llega la hora en que hasta la fe parece oscurecerse, cuando se eclipsa la esperanza, cuando el pueblo parece que queda sin horizontes, no olvidemos que esta tarde del Viernes Santo, también El sintió la angustia, el misterio del abandono hasta de Dios, se sintió casi sin el amor del Padre, sin esperanza su vida. Y llegó el momento, no se podía evitar, TODO SE HA CUMPLIDO. Qué hermosa es la vida del hombre cuando retorna a la hora de la muerte a la casa del Padre y le puede decir: ¡todos los detalles de mi vida han sido reflejo de tu voluntad divina! Qué triste en cambio tiene que ser la presencia de un condenado ante Dios. Qué hermosa la vida, hermanos, cuando a pesar de las pruebas, sabemos que toda va siendo calcada en la voluntad del Señor. Por eso Jesús puede decir: PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU. Y así fue como la última palabra que brota del Señor es la entrega confiada de la vida y de la muerte en los brazos del Señor.

Por amor se hizo hombre y por mi amor se dejó matar

Lo importante de la semana santa no es la muerte de Cristo, aunque si el día de mayor conmoción. Dentro de tres días cantaremos la victoria sobre esa muerte. Ahora la Iglesia siente que en su corazón es como el de María, ancho como el mundo, sin enemigos, sin resentimientos; va a orar por todos, a pedir por los pecadores, por todos en general. Oremos entonces…

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Oración después de la comunión

Oremos. Dios todopoderoso y eterno, que nos has redimido con la gloriosa muerte y resurrección de Jesucristo, por medio de nuestra participación en este sacramento prosigue en nosotros la obra de tu amor y ayúdanos a vivir entregados siempre a tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor. A  Amén.