Evangelio - Historia y Reflexión...

Quien escucha mi palabra tiene la vida eterna Juan 5,17-30

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

Señor, tú que recompensas al justo y perdonas al pecador que se arrepiente, ten piedad de nosotros, para que la humilde confesión de nuestras faltas nos obtenga tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo.

Isaías  49,8-15 Te he constituido alianza del pueblo

Salmo responsorial  144. El Señor es compasivo y misericordioso.

Juan 5,17-30 Quien escucha mi palabra tiene la vida eterna. “En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos (que lo perseguían por hacer curaciones en sábado): “Mi Padre trabaja siempre y yo también trabajo”. Por eso los judíos buscaban con mayor empeño darle muerte, ya que no sólo violaba el sábado, sino que llamaba Padre suyo a Dios, igualándose así con Dios. Entonces Jesús les habló en estos términos: “Yo les aseguro: El Hijo no puede hacer nada por su cuenta y sólo hace lo que le ve hacer al Padre; lo que hace el Padre también lo hace el Hijo. El Padre ama al Hijo y le manifiesta todo lo que hace; le manifestará obras todavía mayores que éstas, para asombro de ustedes. Así como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a quien él quiere dársela. El Padre no juzga a nadie, porque todo juicio se lo ha dado al Hijo, para que todos honren al Hijo, como honran al Padre. El que no honra al Hijo tampoco honra al Padre. Yo les aseguro que, quien escucha mi palabra y cree en el que me envió, tiene vida eterna y no será condenado en el juicio, porque ya pasó de la muerte a la vida. Les aseguro que viene la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la hayan oído vivirán. Pues así como el Padre tiene la vida en sí mismo, también le ha dado al Hijo tener la vida en sí mismo; y le ha dado el poder de juzgar, porque es el Hijo del hombre. No se asombren de esto, porque viene la hora en que todos los que yacen en la tumba oirán mi voz y resucitarán: los que hicieron el bien para la vida; los que hicieron el mal, para la condenación. Yo nada puedo hacer por mí mismo. Según lo que oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”

 

Es un amor muy especial

Jesucristo ha aprendido del Padre…

Ayer, recordemos, levantó un inválido. Dar vida a lo muerto.

Dios, en Jesús, ofrece la vida a todos.

Dios no condena. No honrar al Hijo es desconocer a Dios.

El mensaje es universal. La salvación a todos.

Ha llegado la hora de la vida y está en Jesucristo.

 

Jesús tiene que dar a conocer

Que Dios no es legislador, sino amor. En otra palabra Padre.

 

La voluntad de Dios

Vendrá un tiempo nuevo

 

La comunión salva y remedia cualquier soledad, afirma Benedicto XVI

Esta comunión es nutrida por el Pan eucarístico y se expresa en las relaciones fraternas

 

La estampita de la Inmaculada: Una señora desesperada le preguntó al Padre ¿qué podía hacer para que su esposo se confesara? Entonces, el sacerdote le regaló una estampita de la Inmaculada Concepción. La llevó a su esposo y ella también empezó a rezar. Pasado el tiempo ella le preguntó al esposo: ¿Cuándo te vas a confesar? El respondió: ¿Cuándo quiere que vaya a confesarme?. La esposa de inmediato marchó al templo y allí, delante del sacerdote su esposo se confesó.  El hombre tenía 28 años que no lo hacía. Al hacerlo su vida y la de su matrimonio cambiaron de tal manera, que ahora, participan los dos de trabajos comunales y parroquiales.

 

Oración después de la comunión

No permitas, Señor, que el sacramento que hemos recibido, vaya a ser motivo de condenación, pues tu providencia lo ha instituido para salvación nuestra. Por Jesucristo, nuestro Señor.