Evangelio - Historia y Reflexión...

¿Cuántas veces tengo que perdonar? Mt 18,21-35

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

Cuaresma Que tu gracia, Señor, nos acompañe, para que nos impulse a entregarnos a tu servicio y nos obtenga siempre tu ayuda. Por nuestro Señor Jesucristo.

1 Daniel 3,25.34-43  Acepta nuestro corazón contrito

2 Salmo responsorial  Sálvanos, Señor, tú que eres misericordioso.

3 Mt 18,21-35 ¿Cuántas veces tengo que perdonar?

En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: “Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?” Jesús le contestó: “No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete”. Entonces Jesús les dijo: “El Reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron le debía muchos millones. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda. El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda. Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: ‘Págame lo que me debes’. El compañero se le arrodilló y le rogaba: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. Pero el otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda. Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron a contar al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: ‘Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?’ Y el señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía. Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no perdona de corazón a su hermano”

Perdón…

En nuestras vidas debe reinar

Amar en lugar de odiar. Comprender en vez de pensar mal. Perdonar en vez de buscar venganza.

Pedro pregunta y Dios dice…

·         Sobre el perdón y la respuesta de Jesús es siempre.

·         La parábola es la actitud misericordiosa del rey y la dureza del siervo perdonado.

·         Recordemos que una deuda era 10.000 y la otra con 100

·         Aquel no sólo no perdona, sino que lo mete en la cárcel.

Perdonar es…

·         El perdonar no son las veces, sino la actitud de misericordia.

·         El perdonar no tiene límites, ni fronteras.

·         Quien ha sentido el perdón no tiene que calcular el número de veces.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Actualicemos... Siete palabras claves…

Muévete: hacia el perdón el odio nos estanca y nos derrota.

Toca: con un abrazo a quien necesita del perdón para recibir de Dios su amor y misericordia.

Escucha: el silencio que te llama a la reconciliación para sentir la voz de Dios.

Siente: la necesidad de perdonar para vivir bien y mucho mejor.

Confía: en la gracia que da Dios para vencer el odio y hacer nacer el perdón.

Reúnete: con hombres y mujeres que perdonan, pues de esas acciones hay que emularlas y seguirlas.

Recibe: con mucha gratitud todo el perdón que te ofrezcan.

 

Ayer viajaba en autobús y al ver una joven bella la envidie. Cuando bajó del autobús tomó una muleta y se ayudó para caminar. Perdón por quejarme tanto teniendo dos piernas.

Fui a una bodega y me atendió un muchacho muy atento, charlé con él. Al salir me dijo: gracias por conversar conmigo, ya ve soy ciego. Perdón Señor, cuando me quejo y tengo buenos ojos.

Luego caminando por la calle vi a unos niños jugando y a otro que estaba apartado sin jugar, entonces, le dije Por qué no juegas y al volverlo a decir, me dí cuenta que era sordo. Perdón, Señor,  cuando me quejo, pues puedo oír.

Entonces...    Tengo las dos piernas y poder ir a donde quiera.

                   Por tener ojos para ver los hermosos colores.

                   Por tener los oídos para escuchar

Perdón por quejarme, cuando lo tengo todo.

 

 

Cuenta una leyenda medieval que Jesús decidió revivir la última cena con los discípulos. En la representación, el Maestro se sentó en el cielo con sus amigos y había un puesto vacante en la mesa. Pasado un buen tiempo entró Judas y Jesús se levantó, lo saludó, lo abrazó efusivamente y le dijo: “Bienvenido, hermano mío, siéntate; hemos estado esperando por ti.

 

”Cuenta también otra historia que unos discípulos fueron adonde su sabio maestro y le preguntaron: Dinos una cosa: ¿qué hace Dios todo el tiempo en el cielo? Y él respondió: Perdonar, perdonar y personar.

 

 

Oremos: Que nuestra participación en este misterio, renueve, Señor, toda nuestra vida y nos alcance tu perdón y tu ayuda. Por Jesucristo, nuestro Señor.