Evangelio - Historia y Reflexión...

La Transfiguración Marcos 9,2-10

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

- Este es mi hijo, mi bien amado. Señor, Padre santo, que nos mandaste escuchar a tu amado Hijo, alimenta nuestra fe con tu palabra y purifica los ojos de nuestro espíritu, para que podamos alegrarnos en la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.

1 Génesis  22, 1-2.9-13.15-18: El sacrificio de Abrahán

2 Salmo 115: Siempre confiaré en el Señor.
3 Rom 8, 31b-34: Dios no perdonó a su propio Hijo

4 Marcos 9,2-10: La Transfiguración Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos, y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo.  Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús.  Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: Rabbí, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías;  pues no sabía qué responder ya que estaban atemorizados.  Entonces se formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube: Este es mi Hijo amado, escuchadle. Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos. Y cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos observaron esta recomendación, discutiendo entre sí qué era eso de resucitar de entre los muertos. Yo invité a mis tres apóstoles más cercanos, para que vinieran conmigo a la montaña a rezar. Fue allí que fui transfigurado.

Aclarando…

En la Transfiguración Jesús

Escuchemos a Dios

 

 

 

Necesitamos confiar en Dios

 

Señor…

Eres… esa palabra de Dios que resuena en lo más profundo del corazón. Sígueme.

Eres… escucha atenta en el silencio de nuestra interioridad. No tengas miedo.

Eres… subida al monte de la revelación para encontrarnos con Dios. Escúchenle.

Eres… renuncia a las seguridades para entregarnos a la plenitud de vida. Verdad.

Eres… luz que ilumina lo escondido. Yo soy tu Dios.

Eres… alianza matrimonial de amor y perdón. En quien me complazco.

Eres… entrega total a los hermanos. Recibirán cien veces más.

 

Conclusiones…

 

Mucho cuidado con lo que hacemos…

Somos monos… Hoy en día, preguntamos ¿Porqué lo hacen? Y escuchamos la respuesta. Siempre lo han hecho así.  ¿No se podría hacer de otra manera? Decía Albert Einstein “sólo hay dos cosas infinitas en el mundo: el universo y la estupidez humana” Conocer a Dios no es cosa de monos, es cosa de una necesidad muy natural de cada ser humano. Somos seres religiosos, que necesitan encontrase con la divinidad.