Evangelio - Historia y Reflexión...

Creo, Señor, pero dame tú la fe que me falta Marcos 9, 14-29

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

Señor, tú que eres nuestro creador y quien amorosamente dispone toda nuestra vida, renuévanos conforme a la imagen de tu Hijo y transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

1 Si tienen el corazón amargado por rivalidades, dejen de presumir Santiago 3, 13-18

2 Sal 18, 8.9.10.15 Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

3 Creo, Señor, pero dame tú la fe que me falta Marcos 9, 14-29  Cuando la gente vio a Jesús, se impresionó mucho y corrió a saludarlo. El les preguntó: ¿De qué están discutiendo con ellos? De entre la gente, uno le contestó: Maestro, te he traído a mi hijo, pues tiene un espíritu que lo ha dejado mudo; cada vez que se apodera de él, lo tira al suelo, le sale espuma por la boca, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo expulsaran, pero no pudieron hacerlo. Jesús les contestó: ¡Generación incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar entre ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo. Y se lo trajeron. En cuanto el espíritu vio a Jesús, sacudió violentamente al muchacho, lo derribó por tierra y lo revolcó, haciéndolo echar espumarajos. Jesús le preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Contestó el padre: Desde pequeño. Y muchas veces lo ha arrojado al fuego y al agua para acabar con él. Si puedes hacer algo compadécete de nosotros y ayúdanos. Jesús le replicó: ¿Qué es eso de “si puedes?”
Todo es posible para el que tiene fe. Entonces el padre del muchacho exclamó entre lágrimas: Creo, pero ayúdame a tener más fe. Jesús, al ver que la gente acudía corriendo, mandó salir al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, te ordeno que salgas y no vuelvas a entrar en él. Entre gritos y convulsiones violentas salió el espíritu. El muchacho se quedó como muerto, de modo que muchos creían que había muerto. Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y él se puso de pie. Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron en privado: ¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo? Les respondió: Esta clase de demonios no puede ser expulsada sino con la oración”

Hay fe pero tengo duda…

Fe y oración van unidas

Saber esperar en Dios. Pues,  nada es imposible para él.

Jesús en constante oración

 

Recibimos la fe en…

Hay dificultades ¿Cuáles?

Por eso debemos centrarnos en Cristo y desde ahí avanzar.