Evangelio - Historia y Reflexión...

Ustedes anulan la palabra de Dios con las tradiciones de los hombres Marcos 7, 1-13 

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

Concédenos, Señor, ser dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu, para que realicemos siempre en nuestra vida tu santa voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo…

1 Oye la súplica de tu pueblo Israel Reyes  8, 22-23.27-30

2 Sal 83, 3.4.5.10.11 Qué agradable, Señor, es tu morada.

3 Ustedes anulan la palabra de Dios con las tradiciones de los hombres Marcos 7, 1-13 “En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas procedentes de Jerusalén y observaron que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavárselas –conviene saber que los fariseos y los judíos en general no comen sin antes haberse lavado las manos meticulosamente, observando así la tradición de sus antepasados; y al regresar de la plaza, si no se lavan, no comen; y observan por tradición otras muchas costumbres, como la purificación de vasos, faros y bandejas. Así que los fariseos y los escribas le preguntaron: ¿Por qué tus discípulos no proceden conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen sin purificarse las manos? Jesús les contestó: Qué bien profetizó Isaías de ustedes, hipócritas, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me dan culto, pues las doctrinas que enseñan son preceptos humanos. Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios y siguen la tradición de los hombres. Y añadió: ¡Qué bien saben anular el mandamiento de Dios para conservar su tradición! Pues Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y el que maldiga a su padre y a su madre, será castigado con la muerte. Ustedes, en cambio, afirman que si uno dice a su padre o a su madre: “Declaro corbán, es decir, ofrenda sagrada, los bienes con los que te podía ayudar”, en ese caso ya no está obligado a socorrer a su padre o a su madre, anulando así el mandamiento de Dios con esa tradición que ustedes se transmiten. Y hacen muchas otras cosas semejantes a ésta”

Más vida y menos ritos

Cuantos somos más piadosos y menos humanos.

Más de rezos y rezos y menos de amor.

Jesús…

 

En una ocasión, el cardenal Wojtyla (futuro Juan Pablo II) haciendo la visita pastoral a su archidiócesis, llegó a una parroquia, cuando el párroco estaba explicando el Catecismo a un grupo de niños. Después de saludar a Cristo en el Sagrario, se dirigió a los niños y les preguntó: ¿Sabéis por qué he venido?

Y un niño de siete años contestó con toda espontaneidad: Sí, yo lo sé. Para aprender algo. Entonces el cardenal Wojtyla dijo: –Tienes razón.  Y se sentó al lado del niño e indicó al sorprendido párroco que continuara con su explicación del Catecismo.

Por una religiosidad auténtica

Leí hace mucho una novela donde un joven teniente fue invitado a una fiesta y decide invitar a bailar a la hija del señor de la casa, sin saber que la hija era inválida. Al día siguiente le manda unas flores para pedir disculpas. La joven piensa que el teniente estaba enamorado de ella. Pero como al teniente no le gusta ver sufrir a nadie sigue el juego, pero la cuestión fue creciendo y se encontró envuelto en un silencio por debilidad. Tenía que decir la verdad, pero se sentía que estaba alagado por la vanidad. Todo este juego le hizo más cobarde que la debilidad, destructor de su compasión, pues ya sentía era egoísmo y mayor debilidad.

Clases de compasión

1.      La débil, la sentimental. Me da lástima. Aquí se miente, se engaña y se esconde la verdad.

2.      La verdadera compasión es la que resiste, a ser paciente, a sufrir en aras de la verdad.

Dios quiere que amemos


Durante el verano la familia  se iba casi todos los días a la playa.  A diario los niños veían a una viejecita  que buscaba algo en la arena.  Le fueron tomando confianza.  Ella sólo les regalaba una sonrisa.  Los papás se sintieron un poco molestos  porque no les inspiraba confianza.  Hasta que un buen día la viejecita dejó de ir a la playa.  Y recién se descubrió que la mujer,  en un intento de hacer algo que valiese la pena,  recogía restos de vidrios para que los niños no se cortasen y pudiesen corretear felices.

 

Oprimido por múltiples presiones te preguntas: ¿Cómo hago para dejar la tensión y hallar la calma? No pretendas encontrar una fórmula mágica,

1- Vive en paz con tu conciencia y tus valores. Una vida inmoral te hunde y te destroza.

2- Pon tu vida en las manos de Dios. Camina en su presencia y su amor te llenará de luz y de paz.

3- Cuida tu vida de familia con afecto, detalles y tolerancia. Haz de tu familia un oasis con el amor.

4- Sé buen amigo de tus amigos ya que en la amistad hallas esa paz y ese apoyo que no compra el dinero.

5- No seas esclavo del dinero ni del poder. Sólo los seres desapegados son libres y viven en paz.

6- Asume compromisos de servicio social. Ayudando a otros que están peor sabrás valorar y agradecer lo que tienes.