Evangelio - Historia y Reflexión...

Óyeme, niña; levántate Marcos 5, 21-43

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

San Juan Bosco, presbítero.  Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor, a fin de que, amándote en todo sobre todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos ni siquiera imaginar y has prometido tú a los que te aman. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

1 Hijo mío, Absalón, ojalá hubiera muerto yo en tu lugar 2 Samuel  18, 9-10.14b.24-

2 Sal 85, 1-2.3-4.5-6 Protégeme, Señor, porque te amo.

3 Óyeme, niña; levántate Marcos  5, 21-43 “Al regresar Jesús a la otra orilla, se le aglomeró mucha gente mientras él permanecía junto al lago. Entonces llegó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies, y le suplicaba con insistencia, diciendo: Mi niña está agonizando; ven a poner las manos sobre ella para que sane y viva. Jesús se fue con él. Mucha gente lo seguía y lo apretujaba. Una mujer que padecía hemorragias desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con los médicos, que había gastado todo lo que tenía sin provecho alguno y más bien había empeorado, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues se decía:  Si logro tocar aunque sea su manto, quedaré sana”. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y sintió que había quedado sana. Jesús se dio cuenta en seguida de la fuerza que había salido de él, se dio vuelta en medio de la gente y preguntó: ¿Quién ha tocado mi ropa? Sus discípulos le contestaron: Ves que la gente te está apretujando ¿y preguntas quién te ha tocado? Pero él miraba alrededor a ver si descubría a la que lo había hecho. La mujer, entonces, asustada y temblorosa, sabiendo lo que le había pasado, se acercó, se postró ante él y le contó la verdad.
Jesús le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz; estás liberada de tu mal».
Todavía estaba hablando cuando llegaron unos de la casa del jefe de la sinagoga diciendo: Tu hija ha muerto; no sigas molestando al Maestro. Pero Jesús, que oyó la noticia, dijo al jefe de la sinagoga: No temas; basta con que sigas creyendo».
Y sólo permitió que lo acompañaran Pedro, Santiago, y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y, al ver el tumulto, unos que lloraban y otros que daban grandes gritos, entró y les dijo: ¿Por qué este tumulto y estos llantos? La niña no ha muerto; está dormid. Pero ellos se burlaban de él.  Entonces Jesús echó fuera a todos, tomó consigo al padre de la niña, a la madre y a los que lo acompañaban, y entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y de dijo: Talitha Kum» (que significa: Niña, a ti te hablo, levántate). La niña se levantó al instante y se puso a caminar, pues tenía doce años. Ellos se quedaron totalmente admirados. Y él les mandó con insistencia que nadie se enterara de lo sucedido, y les indicó que dieran de comer a la niña.

San Juan Bosco. : "El joven Instruido",

Su padre murió cuando tenía dos años de nacido. Su madre analfabeta y muy pobre, le tocó educar a sus dos hijos y a la suegra paralítica. Una familia muy cristiana. Un tío le enseñó a leer Tuvo que pedir limosnas entre los vecinos para poder asistir al colegio. Sus tres grandes amores serán siempre Jesús Sacramentado, María Auxiliadora y el Sumo Pontífice. Una cualidad admirable: su interés por la salvación de la juventud. Otra cualidad impresionante de Don Bosco fue su alegría. Los muchachos de la calle lo llamaban: "Ese es el Padre que siempre está alegre. "Cada ladrillo de este templo es un milagro de María Auxiliadora". A sus religiosos les puso el nombre de "Salesianos" en honor del santo más amable que ha existido después de Jesucristo: San Francisco de Sales. También fundó San Juan Bosco a las Hermanas Salesianas, Hijas de María Auxiliadora. Murió en la madrugada del 31 de enero de 1888. Ese mismo día junto a su cadáver se obraron prodigios y curaciones. Durante tres días la ciudad de Turín desfiló ante su cadáver. Para su canonización se presentaron 650 milagros obrados por él, narrados con juramentos por testigos presénciales. Fueron tantos los milagros conseguidos al encomendarse a Don Bosco que el Sumo Pontífice lo declaró santo cuando apenas habían pasado 46 años de su muerte (en 1934) y lo declaró Patrono de los que difunden buenas lecturas y "Padre y maestro de la juventud".

 

Expresando la fe…

La fe va más allá de todo

 

Para Dios sirve todo

No podemos ignorar el poder  de la Palabra del Señor

Necesitamos que nos digan ¡Levántate!

 

La Fé es

La fe es creer en lo que no se puede ver.

Es guardar la calma cuando todo es turbulento.

La fe no es pasiva: ¡es poner las creencias en práctica!

Tener fe es pedir lo que se necesita.

La fe es oír lo imperceptible y ver lo invisible; creer lo increíble y recibir lo imposible.

¡La fe va en contra de las expectativas y condiciones naturales!

Tener fe es crear un vacío en el corazón para que lo llene Dios.

Tener fe no es creer simplemente que Dios puede hacer algo, ¡sino que lo hará!

Con fe, la respuesta no sorprende. Ya se sabía que sucedería.

Tener fe es permanecer en tu puesto cuando todos los demás desertan.

Es quemar las naves para no poder volver atrás.

Es estar dispuesto a pagar cualquier precio.

Es hacer lo que Dios pide hoy y creer que Él hará mañana lo que ha prometido.

La fe es lo contrario del temor.

Tener fe es elegir a Dios a pesar de las demás posibilidades.

Es estar dispuesto a morir confiando.

La fe es como un músculo que se vuelve fuerte y flexible al ejercitarlo.

¡La fe se edifica con el profundo amor a Dios en el prójimo!