A María Inmaculada

Autor: Manuela González Aguilera

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Al cielo pedía una Madre,
Cada noche en viva voz,
Tanto la añoraba,
Que el cielo me la concedió.

No solo vino una Madre,
Con Ella,
Un trocito de Cielo bajó,
Que no hiciera por Ella,
La vida le entrego yo.

No sé cómo tratar esta Madre,
Tan tierna como algodón,
Son sus ojos dos luceros,
Como una Rosa su esplendor.

Tiene bordadas unas letras,
En el centro de su Corazón,
Un regalo nos trae,
Para curar tanto dolor.

Toda Ella me ha cautivado,
Me ha robado el corazón,
En él ha grabado las letras,
La Palabra es Amor.

Es Virgen Inmaculada,
Inmaculado su Corazón.