Se le busca

Autor: Manolo J. Campa

 

 

La INTERPOL mantiene una lista con los nombres de los individuos más buscados en el mundo. En esa lista constan sus datos personales, las causas por las que se les busca, grados de peligrosidad, y se alerta a la ciudadanía sobre sus modos de actuar y las armas que emplea.

En estos párrafos vamos a tratar sobre un sujeto muy buscado en el mundo de hoy. Su nombre no aparece en la lista del organismo policial antes mencionado, pero eso no le resta importancia. Es buscado por los jóvenes, los adultos, los ancianos… sobre todo por los necesitados de darle sentido a sus vidas.

Sus estadísticas personales no tienen gran importancia. Puede ser alto o bajo, grueso o delgado; blanco, negro, asiático o mestizo. Puede ser pobre o rico, obrero o profesional; hombre o mujer, casado o soltero.

Aunque no le da importancia a su apariencia externa, se conduce con la sobria elegancia de la humildad y la sinceridad. Otras señas visibles son: una alegría serena que mantiene aún en los momentos de tristeza y de dolor, y una calma imperturbable producto de saber que está haciendo lo que debe, y de contar con la ayuda y la inspiración de un Cómplice poderoso que influye tremendamente en todos sus actos: El Espíritu Santo.

Este sujeto anda armado… con armas de varios tipos que utiliza indistintamente según la acción que esté acometiendo. Estas armas son sus criterios, tomados del arsenal cristiano llamado Evangelio. Estos criterios los ha hecho vida y los pone a funcionar en el ambiente en que se desenvuelve, obsesionado por la idea de lograr un mundo sin hostilidades ni rencores.

Este individuo es temible… le temen: el odio y la maldad; el egoísmo y la injusticia; el engaño y la mentira; el desorden y el vicio. Es visita frecuente en la Casa del Señor, donde toma parte en los Banquetes que en ella se celebran. No se esconde. No se oculta. Actúa lo mismo en el campo que en la ciudad, lo mismo de noche que de día. Sus víctimas no sufren… no atenta contra sus vidas, al contrario, les ayuda a encontrar la verdadera felicidad que sólo se siente cuando se vive en Gracia. 

Cuenta con el respaldo de muchos para conseguir lo que se propone. Respaldo que en su léxico especial se llama: oración. Esta es su arma más poderosa. Por medio de ella logra poner de su parte a Dios. No es un hombre diferente humanamente hablando. Se le puede distinguir entre muchos por su manera de “hacer”. Hace el bien. Simplemente eso: el bien a todos. Su nombre: Cristiano… hombre de Cristo.

Si lo encuentras en tu camino, no lo dejes pasar de largo… síguelo, imítalo… hazte un hombre nuevo a su imagen, con sus criterios y sus ideales, y también tú serás uno de esos que se buscan porque se necesitan para hacer “un mundo mejor” haciéndolo más cristiano.