Tributo a la Madre Teresa

Autora: Magaly Llaguno

Fuente: Vida Humana Internacional

 

Su corazón lleno del amor de Dios ha dejado de latir. Descansan inertes las manos, a través de las cuales Dios cuidó, alimentó y confortó a los más enfermos, hambrientos y necesitados. No sonríen ya los labios a través de los cuales Dios quiso derramar abundantemente Su misericordia, consolando a los más abandonados. ¡La Madre Teresa de Calcuta ha fallecido! Mejor dicho, ¡se ha ido al cielo! ¡Qué pérdida tan grande ha sufrido el mundo! 

Estoy convencida de que ella ha sido un gran regalo de Dios a nuestro siglo; este siglo tan sanguinario, en que tantos han perdido la vida a causa de la violencia, y especialmente por la violencia del aborto provocado. 

Dios quiso enseñarnos, por medio de la Madre Teresa, el valor infinito y la inmensa dignidad de todo ser humano, sin importar su estado de salud, su edad, su raza, su religión o su condición social. Dios quiso demostrarnos a través de esta humilde y pequeñita religiosa, que aquellos que yacen en las calles moribundos y abandonados de todos, llenos de mugre y hasta de gusanos, son preciosas criaturas Suyas y como tales tienen derecho a la compañía, a las atenciones y al amor que, por desgracia, hoy en día se les niega a tantos. 

La Madre Teresa nos dijo: "debemos amar a los pobres porque fueron creados por la mano amorosa de Dios, para amar y ser amados". En esta época en la cual continuamente se habla de la supuesta "sobrepoblación", esta pequeña y valerosa mujer le gritó al mundo: "si no quieren ese niño, dénmelo a mí". Y cumplió a plenitud con la responsabilidad que asumió, pues dejó establecidos 500 orfelinatos donde se cuida amorosamente de miles de niños abandonados. 

¡Qué razón tenía la Madre Teresa cuando dijo: "El aborto es la mayor pobreza"! Y cuando añadió: "Las naciones ricas que aceptaron oficialmente el aborto, figuran entre las más pobres: tienen miedo a un niño, no tienen la valentía de alimentar una nueva vida". 

Yo tuve la dicha y el gran honor de conocer personalmente a la Madre Teresa en varias oportunidades, y de orar junto a ella en su convento de Miami. Su diminuto tamaño contrastaba con su gigantesca estatura moral y espiritual. Quien la conoció, no podrá jamás olvidarla. 

Cerca de 5,000 religiosas, 500 religiosos y más de cuatro millones de trabajadores voluntarios en orfelinatos, refugios y centros de leprosos en l00 países en los cinco continentes, son sólo parte del legado que ella nos ha dejado, por la infinita misericordia de nuestro Dios. De inapreciable valor son para nosotros el recuerdo de su vida, de su fe robusta, de sus enseñanzas, de su cariño y de su amor. Roguemos a Dios para que sepamos aceptar y vivir todo lo que Él quiso enseñarnos a través de esta santa mujer. 

Como ella solía decir, Dios la utilizaba como un "lápiz para escribir cartas de amor a Su pueblo". Vida Humana Internacional da gracias a Dios por las maravillosas cartas que nos ha escrito y por el precioso y humilde lápiz que escogió, lleno de ternura y amor; también da las gracias a la misma Madre Teresa por el generoso Sí que un día pronunció, ella tan devota de la Virgen María. Queremos así hacer constar nuestro humilde tributo a quien fue una gran defensora de la vida y la familia.