El sufrimiento de Jesús en Getsemaní 

Autora: Magaly Llaguno

Fuente: Vida Humana Internacional

 

 

Aquella noche, en el Jardín de Getsemaní, nuestro Señor Jesucristo sufrió lo indecible en lo más hondo de su corazón. Sabía que aún habría de sufrir mucho más en la cruz, para poder redimirnos. 

Sin embargo, quizás lo más doloroso para Jesús fuera el ver a través de su divino poder, cómo aún sus propios discípulos lo negarían y abandonarían. Y quizás vislumbró también cómo, a través de los siglos, lo ofenderían tantos de aquellos por los cuales había de morir. ¡Cuánto deben de haberle dolido al Señor todas esas infidelidades! 

Señor, tú que con una sola palabra podrías haberte librado de aquel intenso sufrimiento que te esperaba en la cruz, te hiciste débil como nosotros para que cuando sintamos los azotes de la soledad, el dolor o la angustia; podamos imitarte. Ayúdanos a recordar siempre, que después de aquellas palabras de angustia : "Padre, si quieres, líbrame de este trago amargo...", vinieron otras de aceptación a la voluntad del Padre. Haz que en medio de nuestro propio Getsemaní, podamos hacer lo mismo y decir como tú: "Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya". (Lucas 22: 42)