Las lágrimas de Cristo 

Autora: Magaly Llaguno

Fuente: Vida Humana Internacional

 

 

Juan, el discípulo amado, cuenta en su epístola que Jesús lloró al conocer la muerte de Lázaro y ver el dolor de los que le amaban. (Juan 11:35) Ante aquella demostración de compasión por parte de Jesús, la respuesta de algunos de los presentes fue una crítica: " Este que dio la vista al ciego, ¿no podría haber hecho algo para que Lázaro no muriera?" (Juan 11:37) Sin embargo, Jesús en su misericordia, levantó a Lázaro de la tumba y le devolvió la vida terrenal, como nos devuelve a nosotros la vida de la gracia, después de haber estado espiritualmente muertos por el pecado. 

Unos días antes de morir, Jesús llora de nuevo: "Cuando llegó cerca de Jerusalén, al ver la ciudad, Jesús lloró por ella..." (Lucas 19:41) 

¡Señor, qué inmenso amor nos tienes! En un momento en que pronto habrás de enfrentarte a la más cruel, inhumana e injusta de todas las muertes, derramas tus lágrimas no solo por Lázaro, sino quizás también por los que no te conocen y viven al margen de tu amor y tu misericordia. Haz que imitemos tu desprendimiento; que muramos a nosotros mismos, para vivir sólo para ti y para nuestros hermanos. Que las lágrimas que derramaste por Lázaro nos enseñen a tener compasión de los que sufren penas físicas o morales; y que aquellas que derramaste por Jerusalén, nos inspiren a compadecernos de los pecadores y nos muevan a rezar por su conversión.