La corona de espinas 

Autora: Magaly Llaguno

Fuente: Vida Humana Internacional

 

 

"Y los soldados trenzaron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza, y le vistieron un manto de púrpura. Y se arrimaban a él y decían: Salve, oh rey de los judíos" (San Juan 19:2-3) 

Pusieron Señor, una corona de espinas sobre tu cabeza, y se burlaban de ti, llamándote "Rey de los Judíos", creyendo que con eso te humillaban. Cuán lejos estaban de saber, que aquella corona de espinas era la que mejor te venía, pues tú no viniste al mundo para ser un rey poderoso y rico, sino el rey de los que sufren, de los pobres, de los desvalidos. Esa, tu corona de espinas es tu gloria Señor, pues según dijera Isaías de ti, eres "hombre de dolores y que sabe lo que es padecer." (Isaías 53:3) 

Oh Señor, pobre de los que aún hoy todavía no han comprendido el verdadero significado de aquella corona de espinas tuya, ni de la que Dios envía a sus hijos para que según su voluntad, puedan "tomar parte en sus sufrimientos" (Filipenses 3: 10), y completar en su "propio cuerpo, lo que falta de los sufrimientos de Cristo por su iglesia, que es su cuerpo." (Colosenses 1: 24 ) 

Señor, danos la gracia de poder aceptar nuestra propia corona de espinas con amor y alegría, cuando te dignes enviarla, para que algún día nos la puedas cambiar por una de gloria. 

"¡Oh hijo del padre eterno Jesucristo, Señor Nuestro, Rey verdadero de todo y todos! ¿Qué dejasteis en el mundo, que pudiéramos heredar de Vos vuestros descendientes? ¿Qué padecísteis Jesús mío sino trabajos, dolores y deshonras y así no tuvísteis sino un madero en que pasar el trabajoso trago de la muerte? En fin Dios mío, que los que quisiéramos ser vuestros hijos verdaderos y no renunciar a la herencia, no nos conviene huir del padecer; vuestras armas son cinco llagas… esta ha de ser nuestra divisa si hemos de heredar tu reino, no con descansos, no con regalos, no con honras, no con riquezas se ha de ganar lo que El compró con tanta sangre." Santa Teresa de Jesús.