Seamos agradecidos 

Autora: Magaly Llaguno

Fuente: Vida Humana Internacional

 

 

Jesús cura a los diez leprosos, cuyos rosotros horriblemente desfigurados debido a la enfermedad, ahuyentaban a todos los que los contemplaban, por su fealdad. Jesús se acercó a ellos amorosamente, y con su poder divino hizo aquellos rostros hermosos de nuevo, curándolos. Sin embargo, de esos diez recipientes de la misericordia divina, sólo uno volvió a dar las gracias al hombre-Dios. ¡Qué ingratitud! (Lucas 17:11-19) 

Señor, cuántas veces has sanado tú nuestras almas, perdonando los pecados que la afeaban y desfiguraban; poniendo tu amor, tu bondad y tu misericordia donde había ira, resentimiento o desesperación. Una y otra vez las cubriste con tu gracia y las elevaste recordándoles el inmenso honor de un incalculable valor, de ser hijo o hija tuya. 

Y cuántas veces, quizás la mayoría, te dimos la espalda al no agradecerte lo que tan amorosamente hacías por nosotros. Ilumínanos y haznos concientes cada día de nuestras vidas, de las muchas gracias que recibimos de ti; haz que se graben eternamente en nuestra memoria los favores que de ti recibimos para que te demostremos nuestro agradecimiento, alabándote y amándote cada día más.