Orar la palabra

Autor: Padre Lucio del Burgo OCD

 

 

          Es un camino recorrido por muchos orantes. Es el modo de conocer la Palabra “por dentro”, en su entraña más profunda.

 

          Empieza invocando al Espíritu Santo, El es el maestro interior. Basta con estas sencillas palabras: “Ven Espíritu divino, ven dulce huésped del alma”.

 

          Lee lentamente la Biblia, no es necesario una lectura larga. Quizás el Evangelio del domingo o un salmo.

 

          Repite algo que te ha llamado la atención. Saborea cada palabra del texto bíblico. Dios sale a nuestro encuentro por medio de su Palabra. “Tú eres mi confianza”, “el Señor es mi fuerza y mi energía”, “Señor que vea”.

 

          Abre tu corazón al diálogo con Dios. El te dará sus palabras y te enseñará el camino de la vida.

 

          Esto es todo. Así de sencillo: leer, repetir, dialogar.

 

          Muchas veces quedarás sorprendido de la fuerza y la luz que encierra la Palabra de Dios. Ella irá transformando tu corazón de discípulo de Jesús. “La Palabra de Dios es viva y eficaz”.

 

          Es cierto que el Espíritu sopla donde quiere y como quiere. Pero también es cierto que un diálogo cuando es prolongado profundiza una relación. No es lo mismo un saludo ocasional que una conversación prolongada. Así somos los humanos.

 

          No es todo luz en el camino de la oración. También Dios habla en medio de la noche más oscura.

 

          Hay cantos sencillos y repetitivos que pueden ser una gran ayuda en la oración. Eso sí, tienen que ser expresión de tu sed de Dios. El canto hace que las palabras sean más profundas. 

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