Un minuto con Dios

Es para ti la alabanza Señor

Autor: Luis Céspedes Soto

 

 

Guarde silencio mi corazón para escuchar en el susurro del viento, la Palabra viva de Dios que viene como lluvia del cielo a mojar nuestros sentidos y nuestras voluntades.
Pueda yo Señor ausentarme de mi mismo dejando atrás todo sentimiento, pensamiento y toda preocupación que disperse mi alma, para entrar en las profundidades de tu misterio.
Señor, que podamos viajar en el espacio infinito a fin de mirar desde tu presencia, toda la belleza de tu creación, que sintamos y vivamos como fue que dentro de tu pensamiento estuvieron tantas maravillas, de donde brotaron en una donación inmensa de bondad hacia tus criaturas, bendito seas Señor porque pusiste al alcance de una oración, de una alabanza, de un momento sacado con especial cuidado y atención de parte nuestra,el encuentro con tan celestial belleza.
Ya inmersos en ti Señor, podamos darte todo el honor y la gloria, toda la alabanza que junto con los Ángeles del cielo, nuestras palpitaciones en clamorosa alegría, lleve hasta ti todo el amor y la abnegación que pueda sentir un ser humano. 
Que la creación entera se de vuelta hacia ti Señor, que nuestros hermanos de fatiga, sientan en este momento como el fuego de tu presencia, penetra por todos los poros de su cuerpo, que la dicha de sentirse tomado en tus brazos, pueda ser tan real para cada uno de nosotros Señor, que nuestra alma contrita, por el sentimiento de esta en un coloquio intimo contigo, se pose entre todos los Ángeles y potestades que te dan la alabanza y la gloria por todos los siglos.
Gracias Padre Santo por cada minuto de nuestra existencia, gracias por tus bendiciones que podemos sentir a cada momento, cuando tu te manifiestas en cada hermano (a), cuando tu sanas sin siquiera pedírtelo, tan solo por el amor que nos tienes, y por tu conocimiento de todas nuestras necesidades, gracias Señor por tu incondicional apoyo, el cual aunque no merezcamos sabemos que por siempre lo tenemos, gracias Señor por darnos la esperanza de ser salvos algún día y de poder ir a gozar ya en una manera real de tu bendita presencia y así poder gozar por siempre de tus consuelos.
Sea para ti Señor la gloria y la alabanza, sea para ti nuestro tiempo y nuestros mejores deseos, sean para ti Señor, nuestros pensamientos a fin de que los purifiques convierte nuestra vida Señor en una eterna alabanza a ti, que para eso fuimos creados aunque, por lo general, andemos tan en lo nuestro que no reflexionamos sobre ello.
Pero hoy Señor, te queremos bendecir, te queremos alabar, nos queremos unir en un inmenso coro terrenal y celestial para vitorear tu presencia, para con todo lo que este a nuestro alcance poder entregarnos a ti, de una manera incondicional, llena Señor nuestros corazones de todo lo hermoso que es sentirte tan cerca de nosotros.
Que todo este día Señor, podamos con nuestros pensamientos mas puros, labrar ese camino que nos conduzca a ti, y los ronroneos de nuestro corazón henchido de alegría y gozo, sean para todos los hermanos (as), con los que compartimos, una luz, como la estrella de Belén, que guió a toda la tierra, hasta tus pies.
Amen.
Paz y bien.