Un minuto con Dios

Autor: Luis Céspedes Soto

 

 

Que pueda ver Señor, respondió el ciego a nuestro buen Bartimeo, a la pregunta de que quieres que haga por ti.

Y si El Señor en estos momentos nos dijera, que quieres que haga por ti ?, cual seria nuestra respuesta a esa pregunta, dinero ?, fama ?, lujos ?, placer ?, a saber Señor que diría nuestro corazón en un momento determinado ante una pregunta que puede cambiar rotundamente nuestra existencia.

Cuantos de nosotros Señor, necesitamos poder ver, aunque nuestros ojos, todo lo vislumbran, los ojos del alma, del corazón, están cerrados a la necesidad, a la entrega, al servicio, cuantos ojos, Señor que no quieren ver las maravillas que tu te encargas de hacer para que todos nosotros apreciemos, como esa mañana fresca que cuando al despertarnos, llega hasta nosotros, para que recibamos el nuevo día, con la bendición de tu presencia, no vemos, cuando escuchamos el cantar de algún animalito que posiblemente lo que esta haciendo es dándote la alabanza que mis labios no proclaman por ti, porque no están acostumbrados a recitar alguna oración cada día, al llegar tu y despertarnos.

Cuantos ojos, Señor, no quieren ver, como a través del hermano (a), tu llegar para cuestionar el accionar de cada uno y demostrarle que no esta solo, que es parte de un gran todo y que como tal, debe ser comunitario y reflejar en su rostro, la felicidad y alegría que pueda ser admitida por el huérfano, el invalido, el drogadicto, el alcohólico,el despreciado y ultrajo por la sociedad.

Señor, enséñanos a ver, queremos tener tu mismos ojos, para a través de ellos poder apreciar lo que hasta nosotros llega cada día y por nuestra ceguera espiritual no vemos.

Cuando tu llegas a través de otros hermanos y nos haces ver el error en el que estamos cayendo, que estamos obsesionados y que por lo mismo y porque el enemigo viene y nubla la poca parte de visibilidad que hay en nosotros, y nos hace ver que es mejor terminar con esto, aquello, o lo otro, que viene y nos presenta un mundo lleno de mascaras porque nos cubre los ojos, nos los venda para que nuestra miopía no pueda llegar a vislumbrar la obra que tu quieres realizar en nosotros a través de ese consejo, a través de ese llamado al que yo con o sin conciencia, olvido y dejo atrás, no quiero saber nada de ti Señor y de tus dones, porque significan un tiempo extra que debo tener para ti, porque significa que ese tiempo precioso para mi, no lo puedo utilizar en donde tu me mandas que lo utilice y por consiguiente es mejor renunciar a todo aquello que me comprometa, haciendo ver, por lo general que es una buena decisión, pero que no nos damos cuenta que estamos como bartimeo Ciegos.

Señor Jesús, que podamos ver, que no seamos ya mas ingenuos, que podamos tener el discernimiento por medio de tus dones y gracias, para que podamos seguir tus huellas, pero teniendo la confianza que tu eres el promotor de ese caminar nuestro, porque solo así, es que podemos ser perseverantes, de lo contrario, seguiremos atando nuestros ojos, a una venda que no viene de ti Señor.

Hoy queremos Señor en oración, en una oración comunitaria, pedirte, clamarte, mejor gritarte, Señor, queremos ver, porque el mundo nos sofoca y nos anula.

Bendita sea tu presencia en nosotros Padre bueno, pues sabemos que en estos momentos, tu a cada uno de nosotros, nos restauras la visión, nos acoges con cariño y limpias de todo pecado, de todo pensamiento de desaliento, de toda perturbación que impide que te sigamos desde ahí en donde nos tienes y no de donde yo presumo que debe ser, perdona Señor, mi poca resistencia al mal, que me mal aconseja y yo me como sus mentiras, ayúdanos a levantar los ojos a ti y poder darnos cuenta de cuan engañados estábamos.

Amen

Paz y bien.