Un minuto con Dios

Autor: Luis Céspedes Soto 

 

 

Donde esta nuestra fe ?, donde están puestas todas nuestras esperanzas, en donde tenemos nuestra fuerza y nuestra constancia en el querer adquirir paso a paso, una cercanía contigo Jesús ?.

De donde proviene el frió y abandono espiritual de nuestros corazones que cada día se alejan mas y mas de tu querida presencia Señor.

Precisamente radica ahí Señor, de nuestra falta de fe, como el fósforo que quiere prender la mecha de la candela, pero que no se acerca lo suficiente para prenderle fuego así es Señor nuestra relación contigo.

Una llama, que brota del madera erguido en el monte que carga al que dio la vida por el mundo, por nosotros que no queremos el cobijo que produce, nos mantenemos alejados e infieles, pues quizás el compromiso y el llamado que haces, es demasiado para nuestros corazones enardecidos y duros por el mundo que ahoga con sus gritos enloquecedores que hacen que nuestros oídos no escuchen el lamento del cielo, que pide nuestra rodilla puesta en pie, al extremo inferior del madero en el calvario, ahí, en donde las horas lloran, y los gemidos se ahogan en las gargantas que se silenciaron porque no tuvieron la fortaleza para elevar al cielo una propuesta como la de su madre que fue entrega total al igual que su hijo.

Perdón Señor, perdón, nuestro caminar es tan pesado y agobiado, que dejamos que las menudencias de este mundo engañador, nos confunda y ante el gozo eterno de compartir contigo, tantas maravillas como las que haces llegar al corazón de aquel se doble y se contrista en tu presencia, cuanto valor damos Padre al dejarnos seducir por tu presencia en nuestra ausencia humana ?, en nuestra vivencia exageradamente del yo, en donde no hay principios, en donde la noche es mas oscura y mas llena de altibajos que buscan cada vez mas, apártanos de la raíz, alejarnos del juicio que aunque no queramos, llega, y cuestiona, y somete, pero que en un arranque de esclavitud personal, devora nuestros sentimientos nobles, para hacer surgir de las sombras el ladrón que viene a arrebatarnos la paz, la alegría y el gozo de tenerte como nuestro mejor amigo, al que bajo de los cielos y se hizo hombre, para demostrarnos que el amor de Dios era tanto, que sin dudar, dejo arrastrado por el calvario al mejor de sus criaturas, en el que dejo que la ira y la burla del mundo se hiciera presente, hoy, si hoy ?, en donde tenemos los ojos puestos que no ven, esos oidos que no escuchan el clamor y grito agónico que pide conversión y fidelidad ?.

Padre Santo, nuestro ensombrecido mundo ha hecho de nosotros maquinas de correr, que no reflexionan en tu pasión y en tu dolor, como balón, el mundo rebota de un extremo a otro, buscando en todo su perdición, hoy te pedimos Señor, borra de ti tus desencantos, borra de ti el furor, y una vez mas perdona a este mundo que por sus locos quehaceres, se olvida de que tiene un Padre que le ama, y que sin importarle cual es su trato, busca ganar para el Dios, las almas de todos y cada uno de nosotros.

Amen.

Paz y bien.