Un minuto con Dios

Autor: Luis Céspedes Soto 

 

 

Hola Espíritu Santo, quiero sacar un pequeño espacio en estos momentos para pedirte que vengas a mi corazón y apacientes el mismo, llénalo de tu gracia, de tus dones, de tu paz, ansiada paz por todos nosotros los seres humanos
que nos dejamos arrastrar por el tiempo y las preocupaciones.
Es grato el poder contar contigo, porque sabemos que Tu te alegras cuando te llamamos a tener un diálogo personal, sabemos que Tu sacas ese momento para nosotros, es mas, te alegras de ese momento.
Tu siempre estas dispuesto a recibirnos, siempre estas atento a tomar asiento en frente de nosotros, y como cualquier amigo escuchar nuestras situaciones y después ayudarnos a salir de cada una de ellas, tu te complaces en tendernos la
mano que por siempre está extendida, tan solo esperando a ser solicitada.
Pues bien querido Espíritu Santo, aquí estoy sentado contigo, y primero que nada te agradezco que con la prontitud que lo hiciste, respondas a mi llamado, oye, es bueno contar contigo, de lo contrario quien sabe a donde iríamos a parar con este
mundo desordenado, porque anda patas arriba, verdad, cuanto dolor, cuanta frustración, cuanta envidia y cuanto pecado.
Que te parece si empezamos porque me ayudes y ayudes a todos nuestros hermanos amigos o menos amigos, pues al final de todo, cada uno tiene una historia y por lo general lo que hace que no se comporten muy bien, son las cadenas que se arrastran desde nuestra niñez, todos tenemos una historia que incluso algunas veces desconocida, pero que si repercute en nuestro actuar y en nuestro comportamiento comunitario, pues bien, que tal si Tu nos ayudas y acudes al Padre y al Hijo, para que juntos en esa trinidad santa, nos miren con ojos de bondad y misericordia y así pues podamos ir cambiando nuestro interior, cambiar yo, si, cuantas veces creemos que el error, o que el malo es nuestro hermano, pero quizás, somos nosotros los causantes de recibir lo que recibimos, si como el eco, gritamos una frase, positiva, como, estoy felizzzzz, y posiblemente el eco, me responderá algo así como, estoy felizzzzz, pero si grito, estoy desmotivado, es posible que el eco me responda, estoy desmotivadooo.
Espíritu Santo, ayúdanos, si, enséñanos a caminar, enséñanos a decir las cosas como las debo decir, a recibirlas, como las debo recibir, a ser generoso, amable y entrañablemente fiel, a mis amigos, a mis familiares, a todos aquellos a los que 
posiblemente no les caigo muy bien, porque todos somos hijos del altísimo.
Espíritu Santo, que grato es comentar contigo, tantas y tantas cosas, que solo Tu tendrás la capacidad de consejo, solo tu tendrás la disponibilidad para escucharnos con amor y devolvernos momentos de paz, consuelo y esperanza.
Espíritu Santo, sabes que, te invito a que por siempre mores en mi corazón, a fin de que ya no vuelva a ser yo, sino tu en mi, a fin de que pueda yo ver en el rostro de mis hermanos, la bondad y misericordia de nuestro buen Jesús.
Gracias Espíritu Santo por este breve momento en que juntos compartimos tantos momentos felices.
Amén.