Un minuto con Dios

Autor: Luis Céspedes Soto 

 

 

Señor Jesús, Padre nuestro, que hermoso es el momento en el cual te nos haces presente por medio de la oración, Tu llamas y nosotros acudimos a ti. 
Señor, después de dialogar contigo, después de esos pequeños o grandes momentos, podemos apreciar cuan grande es tu amor, y podemos sentir, como inundas nuestro ser, como abres nuestra alma y corazón para desbordarte por entre ellas, para dejarnos íntimos momentos de paz y gozo.

Cuando conversamos contigo podemos apreciar que normalmente vamos por ahí, haciendo nuestra voluntad y no la tuya, nos damos cuenta que te escuchamos a través de la Palabra, pero que la mayoría de veces dejamos que se desvanezcan por el simple hecho de que acotamos no tener tiempo, o alguna situación dice que urgente, nos hace decaer en la búsqueda de la verdad y de complacerte en tus diferentes llamados.

Señor si pusiéramos atención a los diferentes momentos en que nos llamas, si acudiéramos a ti inmediatamente, seguro estamos de que podrías mejorar día a día nuestra relación contigo, que es el mejoramiento continuo para la relación con mis hermanos (as).

Si escucháramos frecuentemente tu Palabra, tu llamado, si fuésemos prestos en seguir tus pasos, inmediatamente conseguiríamos un progreso espiritual que nos iría acercando mas y mas a ti.

Nacería en nuestros corazones el deseo enorme de buscar tus consuelos día con día, no dejaríamos pasar un instante sin tener en nuestros labios, las palabras de alabanza, de admiración y de agradecimiento para contigo que eres el promotor de nuestras vidas.

Señor que feliz llegue hasta nuestros corazones la lluvia de dones y gracias que transmites por medio de la oración, que brille en nuestro interior la luz del Espíritu Santo y no se quede ahí, sino que fluya hacia el exterior, hacia aquellos hermanos (as) que deben y quieren conocerte.

Seamos Señor espejos en los que Tu puedas reflejar tus mas grandes maravillas.

Amén.

Paz y bien.