Un minuto con Dios

Autor: Luis Céspedes Soto 

 

 

Hoy Señor como que llegaste mas temprano que de costumbre, y te miro dando pasos en el silencio, como pensativo, reflexivo, como si buscaras la solución a algo que te desvela y te abstrae o talvez admirando tus obras Señor ?.
Quizás que miras en la profundidad de nuestros corazones y no te gusta del todo lo que vez en ellos, porque hay sombra, hay desilusión, temor, vanidad, orgullo, ignorancia de la fe.
Quizás que te dueles Señor por todos nosotros que al igual que tus antiguos amigos, servidores y discípulos, no terminamos de entender tu gran obra edificadora que tiene sus bases sembradas en el amor y en el perdón.
Mientras caminas Señor, talvez nos podamos incorporar a tu silencio y como buenos amigos, conversar un poco.
Mira Señor hoy como todos los días, estamos llegando frente a ti, porque sabemos que Tu eres nuestro amigo y que como todo buen amigo, escuchar, aceptas y guardas confidencias, cierto ?, oye, Jesús, queremos entregarte hoy a ese hermano (a), que dice que ya no tiene deseos de vivir y que quieren abandonar, salir del juego por la vía mas fácil que es la deserción, bien Señor son tus hijos (as) y queremos que con tu puño y letra anotes en su corazón, Cristo me ama, esto es pasajero y en nombre de Jesús me levanto para tomar las armas que como cristiano me fueron dadas para ganar la buena batalla, mira Señor las esquinas de nuestra ciudad, aja, mucho hermano (a) que se consume en la irrealidad de la droga y la prostitución, son tus hijos también verdad ? pues por ellos te pedimos también hoy Señor, niños abandonados, niños asesinados, dolor, infidelidad, mira Señor a todo lado que miremos siempre hay necesidad, se percibe el olor a carencia de Dios, ese rico olor a incienso desaparece de pronto consumido por el olor del licor, de la sangre, de las lágrimas que saltan en busca de esperanza y consuelo, tu mundo Señor, que pasa en tu mundo, cuando rescataras a todos y cada uno de nosotros ?, será que quieres que por medio de ese amor que pregonaste ( amaos los unos a los otros ), seamos nosotros mismos los que llevándote como vanguardia, salgamos y tomemos las armas para destruir al enemigo devorador de almas ?.
Si es así Señor, llena nuestros corazones de fuerza, de caridad y de entereza, para hacer entonces Jesús, la parte que nos corresponde.
Señor con tus santas manos queremos hoy cobijarnos para que juntos busquemos el camino que por medio de nuestros hermanos en miseria nos guíen hasta ti.

Amén.

Paz y bien.