Un minuto con Dios

Autor: Luis Céspedes Soto 

 

 

Que bueno llegar de nuevo hasta todos nuestros queridos hermanos y hermanas, verdad querido Jesús, buscando tu consuelo y tu amor, venimos como siempre, para recibir Señor tu unción por medio de nuestras oraciones.
Gracias Señor por este encuentro, y de que conversamos, bueno hay un momento muy especial en estos días la Cuaresma, que es tiempo de reflexión y tiempo de analizar como andamos por estos caminos tuyos Jesús, este tiempo nos debe llevar al recogimiento, nos debe cuestionar y motivar a tener un cambio, como tuviste en tu en la transfiguración, claro Señor, que esto debe ser siempre, pero bueno tu nos tienes paciencia y esperas, siempre esperas a que nuestro corazón tenga ese momento especial en el que sea receptivo a tu presencia, y quizás este momento pueda ser, quizás se logre prender en nosotros la lámpara que ilumine por siempre nuestra existencia.
Tiempo de conversión, tiempo de cambio decíamos Señor, y en realidad que si, solo recordar todo lo que se avecina con la cuaresma, todo lo que nos anuncia, todo el sufrimiento que pasaste por nosotros, debe cuestionar e incomodar
nuestra alma y corazón, a tal forma que queramos hacer algún cambio en nosotros, en agradecimiento a tan grande manifestación de amor por la humanidad como la que tu demostraste.
Hemos sido ungidos en estos días con la ceniza, y tu nos has dicho, recuerda muchacho (a) que polvo eres y en polvo te has de convertir, realidad a la que nosotros no tenemos predispuesta nuestra mente, porque si, ya nos conoces 
como somos, no meditamos ni reflexionamos en que seremos dentro de no se, tu sabes cuanto tiempo para cada uno y entonces ?, a que esperar para tener esa transformación que demuestre con acciones y no solo con palabras el cambio
que venga a testimoniar de que por fin, hemos comprendido nuestra verdadera misión en este espacio que llamamos tierra.
Señor, como tantas y tantas veces que te hemos pedido y que nos lo has concedido pero que por nuestra ceguera no lo hemos visto, queremos hoy de nuevo, pedirte tu auxilio para darnos cuenta de que andamos al descubierto, que como Adán y Eva que se cubrieron con una parra, cuando se vieron frente a ti y se dieron cuenta que estaban desnudos, así Señor con humildad y sinceridad en nuestro corazón, te queremos pedir que nos cambies, has de nosotros hombres y mujeres nuevas, renovadas, que sintamos el fuego de tus manos, moldeándonos y preparándonos para el encuentro final, no permitas Señor que te sigamos fallando y caminando por ahí, sin son ni ton, como si fuéramos los únicos en el universo.
Toma nuestras almas y sopla en ellas el fuego de tu Santo Espíritu, danos el calor de vida que tu tienes para todo aquel que dobla sus rodillas para suplicarte por perdón y conversión.
Hoy Señor, hoy puede ser un momento muy especial para todos nosotros, solo mira nuestros corazones, hay tantos que ansían el roce de tus manos, hay tantos que ya te miran en estas líneas porque tu cultivas sus mentes y almas, hay
hay tanta y tanta necesidad Jesús de que tu llegues hasta cada uno de nosotros y nos muestres tus manos, para que la huella de esos clavos penetren hasta las profundidades mas grandes de nuestro ser y podamos clamar a ti Señor suplicando tu perdón e implorando tu consuelo, somos humanos y tanto te hemos fallado Señor, pero hoy puede ser ese momento.
Nuestros corazones están expuestos Señor, coloca en cada uno de ellos, cada paso de tu pasión y que sintamos cada caída tuya, cada latigazo, cada tortura infringida en tu cuerpo, por los pecados de todos nosotros, a fin de que volvamos
a ser como niños y podamos empezar, pero ahora tomados de tus manos.
Amen 
Paz y bien