Un minuto con Dios

Autor: Luis Céspedes Soto 

 

 

Ok, Señor, Alabado seas Padre Santo, que de nuevo me llamas en este pequeño instante, a profundizar un poco en las intimidades de mi corazón, para que reflexione, si Señor, ese hermano tuyo y mío que después de conversar contigo durante tanto tiempo, siente que el cansancio engañoso, que los requerimientos del mundo lo agobian y que su caminar se tarda y se hace pesado, a tal extremo que decide romper el cordón umbical que está adherido a la sabia, al sustento, dejando de lado la verdadera vida y creyendo que lo tiene todo en sus manos
y que la rama alejada del tronco, si puede subsistir, Padre Todopoderoso, por el y por todos nuestros hermanos que cierran sus mentes y almas te queremos en este día pedir.
Señor, Tu sabes que el mal acecha siempre nuestros corazones y nuestros entendimientos, Tu Señor que fuiste tantas veces tentado, sabes que el maligno siempre estará al acecho y que por eso siempre debemos estar en vela,
siempre debemos estar atentos y en pie de lucha, ayuda Señor a todos los hermanos (as), que ciegos y engañados por las falsas maravillas del mundo, quieren dejar tu terruño para salir a buscar en un mundo fácil, la dicha y la felicidad que solo Tu puedes regalarnos.
Tu Señor, conoces a todos los que requieren de Tu alimento, Señor, si ellos (as), no te lo piden, por favor dales de beber aunque supuestamente no tengan sed, dales el alimento espiritual, dales Señor toda tu atención y todo Tu cuidado
Por esos hermanos (as), que un día quieren claudicar y seguir su camino solos (as), por ellos (as) es esta oración de este día querido Señor.
También nosotros hoy Señor te queremos pedir, sabiduría para poder discernir que nos vas diciendo a través de todo este día que recién comienza y que desde ya te lo entregamos porque solo Tu Señor eres capaz de administrarlo de la
mejor manera.
En tus manos nos acogemos, manos de Padre, sedientas de darnos amor, en ellas nos acurrucamos y nos dejamos acariciar por tus cariños.
Amén.
Paz y bien.