El aborto

Autor: Padre Llucià Pou Sabaté

 

Hablaba con un amigo sobre la votación que se desarrolló ganando por un voto el “no” a una ampliación sobre el aborto. Me decía que los políticos no querían más que los votos, que el problema no era si se mataba o no a un ser, que eso no les importaba, sino “hacer carrera”. Por esto, pienso que la verdadera batalla sobre este tema no ha acabado, pues está en la opinión pública. Ante tanta información, habría que apelar a la verdad interior de las cosas y no a las modas o a las votaciones. La pregunta es: “¿se puede votar todo, o hay valores que están fuera de cuestión?” Pues Hitler también fue apoyado por una mayoría en Alemania y en Austria.

Una joven de diecisiete años fue a abortar fuera de España.  Una semana más tarde escribía: “¿Sabes?  Hay momentos en los que me siento tan ridícula, que me ahogo en una gota de agua.  Me siento sola y estoy notando una falta de interés por todo lo que me rodea.  Sé que no soy la única que ha pasado por esto y sé también que otras lo han tenido mucho más difícil, pero me siento tan indefensa e inútil, tan niña e inexperta que me falta la suficiente fuerza de voluntad para volver a empezar. Quisiera hacerte entender lo extraña que me siento.  Las noches me están siendo largas y los días son inacabables. Basta cualquier cosa, cualquier gesto, para que sienta cómo las lágrimas se asoman a mis ojos. No puedo, no debo llorar porque tendría que dar una explicación al hacerlo. Te necesito, pues no he asimilado todavía lo que hecho.  Cuando pienso que antes para mí la máxima realización era tener un hijo, me siento como una sucia hipócrita.. .El tiempo borra las heridas, pero yo sé que... hay cosas que jamás se olvidarán.

Sólo soy una adolescente... creía ser una mujer. La realidad me ha hecho ver que no soy  más que una niña... Ahora mi destino no tiene más que un fin: recobrar la alegría de vivir, pues la vida es el más que todos los regalos del mundo y no se la puede rechazar” (María G., en “Misión Joven” 1985).

            Son valores que tienen que acogerse en la opinión pública, por encima de utilitarismos: la famosa cuestión planteada estos días, bajo aspectos más o menos dramáticos: “si no quiero este nacimiento, ¿para qué sirve esta vida?” El argumento de la adolescente violada no es tan fuerte, pues como ante cualquier veneno, también en este caso de agresión injusta basta un simple lavado interno. Y esto significa en cada corazón, pues el corazón de los hombres es la única arma que puede ganar el egoísmo del mundo, y la batalla del amor es la única clave de la felicidad.