Cristo Maestro, Modelo del educador

Introducción

Autor: Padre Llucià Pou Sabaté

 

 

Para educar bien es necesario tener nociones de pedagogía (con su metodología, técnicas...), también buenos conocimientos, pero en primer lugar, aún más importante que todo esto, es tener la sabiduría, que en latín se dice “sapientia”, de “sapore scientia”, sabor de la ciencia, el gusto por el conocimiento de la verdad, como decía Jesús: “gustad y ved…” Más que transmitir conocimientos, todos necesitamos maestros de vida, y las personas a las que educamos también, por eso vamos a acercarnos al Maestro por excelencia, Jesús, para encontrar y gustar en Él esta ciencia. Si Él inspira la labor del formador, podemos llegar mucho más lejos que con sólo técnica de enseñar. Poner la vista en Cristo hará que ni el caos del mundo de hoy nos haga daño, ni el desánimo o la desesperación nos inyecten su veneno mortal. El Señor nunca se opuso a que el pueblo le llamase profeta y maestro (Mateo 21, 11), y a sus discípulos les decía: Vosotros me llamáis maestro y señor, y hacéis bien, porque lo soy (Juan 13, 13). Todos los maestros y doctores en la Iglesia (Hechos 13, 1;
Corintios 12, 28-29) han sido en cuanto discípulos suyos, como testigos de lo que han visto y oído (Hechos 10, 39). Bien se ha dicho que tomar a Jesús como Maestro es tomarlo por guía, andar sobre sus huellas, es querer parecernos a Él: que los demás, al ver nuestro trabajo, nuestro comportamiento con la familia y con los extraños, puedan reconocer a Jesús. Si meditamos el santo Evangelio, si le tratamos diariamente en la oración, nos pareceremos a Jesús, casi sin darnos cuenta.
Antes de entrar en las maneras de hacer de Jesús, algunos aspectos de modo de ser, quiero recordar que muchas veces queremos aplicar a Jesús nuestras categorías y modos de pensar, y así no es posible entenderlo de modo completo, pues Jesús además de hombre es Dios. Más bien hemos de procurar dejarnos transformar por su modo de ser, y así en su luz veremos la luz. Agradeceré vuestras aportaciones para mejorar esta visión de “Jesús, modelo del educador”. 
Vamos a ver tres puntos y una conclusión: 1) Jesús educa con autoridad porque es auténtico y es la verdad. 2) Jesús educa en libertad, porque ama, por eso no tiene miedo. 3) Jesús educa en la felicidad, en la alegría que viene de tener a Dios y el esfuerzo en la lucha. 4) Conclusión: Cristo, el maestro completo. Como se ve, tocamos el saber auténtico, la libertad y amor, educar para ser feliz, y un colofón como resumen.