Mi secreto...

Autor: Kary Rojas

Libro: Almas gigantes

 

 

Hay quienes me preguntan, cómo le haces para vivir así?... de dónde te sale la paz que se deja entrever en lo que sabes escribir?... cómo sabes reir y llorar, sin detenerte, ni dejar de soñar?... 

Todos han de saber, que mi figura no es igual; y que aunque vivo en un mundo que se fija en las apariencias, no me he detenido, ni he retrocedido, nunca dejo de luchar...

Alguna vez quise ser como todos, imitarlos, hasta vestir igual, pero me dí cuenta que eso no me llenaba, sino que más vació me quedaba; y en cuanto a la moda, no a todos acomoda... Si Dios pensó en mí diferente, es porque El me quiere original...

Descubrí que muchas de las cosas que en mí no aceptaba, no podía cambiarlas, eran mi realidad; tenía entonces que elegir, entre amargarme por no poderlas cambiar, o aliarme a ellas, sacarle provecho y continuar...

Comprendí que Dios nos ha creado por amor, y que en cada ser que crea, pone un toque de su perfección, entendí que fui creada, para alcanzar mi realización; y en ello estaba también, el realizar en mí el sueño de Dios... ese que forjó, cuando me imaginó y me soñó así tal y como soy... 

Así después de muchas luchas, pude verme al espejo y ver realmente quién soy; contemplé mis sueños, la grandeza de mi corazón, esa manera singular de ver la vida, ese saber descubrir en cada cosa, persona y lugar, el amor y la presencia de Dios...

Aprendí a ver con los ojos del corazón, y descubrí el valor que esconde cada persona, y aquello que tal vez ellos mismos no logran percibir de su interior... fue así como empecé a sentir las miradas con otra intención; quise pensar que la humanidad me veía, como los veo yo... así ya no me predispuse a nada, ni a las risas, ni a las palabras; por el contrario, aprendí a responder con una sonrisa llena de paz... y sentir que si me miraban, era porque en mí descubrían la perfección de Dios y los dones que me ha querido regalar...

Y en mis sueños de superación, pude aprender a dar siempre un paso más, a no limitarme a hacer bien lo que debo hacer, sino dar un poquito más; si alcancé una meta, iniciar otra; si caí o fallé, no detenerme, sino volver a empezar o continuar... Si hoy reí, no quedarme ahí, el placer a veces nos suele detener, nos hace creer que ya todo lo hemos de poseer... y si lloré, no renunciar, sentir paz, y continuar...

Ante todo, he querido alcanzar mi perfección, no conformarme con nada, sino luchar por ser cada día mejor... reconocer mis fallas, aceptar con madurez mi error; tener la capacidad de pedir perdón, y luego continuar; sentir como los golpes le dan forma a mi alma, la modelan, la hacen más agradable ante los ojos de Dios...

Y aunque a veces siento soledad, intento escuchar en la naturaleza la voz de Dios; lo veo en los seres más pequeños, en los rechazados por la sociedad, en el pobre, en aquel a quien puedo darle mucho y nada a cambio me puede dar... porque es mejor endeudar a Dios y esperar que algún día en el cielo, su deuda conmigo sepa saldar...

He construido un mundo mágico en mi interior, un universo donde todo se puede realizar, no existen sueños imposibles, no se vive de apariencias, se siente en todo momento paz... 

Y cuando de vez en cuando se me escapa la humanidad, y añoro aquellas cosas que los seres humanos sentimos necesitar; cuando en ocasiones pido al mundo un poco de amor, o quizás hasta me minimizo para pedir comprensión; me doy esa oportunidad de llorar, me abandono en las manos de Dios, retomo de nuevo el control de mi vida y siento que su Amor llena todos mis vacíos, me devuelve las fuerzas, repara mi alma, me motiva a luchar...

He ahí mi secreto, no es nada que no pueda contar; es simplemente aprender a sentir que Dios me ama, y que su amor me lo demuestra aún más, en aquello que tal vez pasamos desapercibido, porque es demasiado pequeño, o porque siempre ahí ha sabido estar... 

Alguna vez leí: si las cosas tienen solución porque me he de preocupar, y si no tienen, porque me angustió, si ya no se puede arreglar... así es la vida, lucho por lo que se puede cambiar, y lo que no, lo asumo en paz, aprendo a vivir en paz con ello, no dejo que nada ni nadie, me impida mis sueños alcanzar...

Fui creada a imagen y semejanza de Dios, en mí puso también un toque de su perfección, tal vez muchos aún no lo han descubierto; pero yo si lo veo, porque mi mayor sueño es hacer que mi vida, logre transformar algo en el corazón de los demás; quiero dejar huellas en muchas almas, aunque mis pasos sean cortos y me cueste caminar... quiero que mi paz contagie a otros, que me vean con nuevos ojos; y logren descubrir en mí, el amor de un Dios grande que se manifiesta en lo más pequeño y sencillo...

Gracias Dios, porque tu amor es tan grande, que aún en medio de la alegría y el dolor, puedo hacer de cada día el Mejor del año, y desde mi pequeñez, doy testimonio de tu perfección... ese es mi Secreto... es mi historia de amor con mi Amigazo y Creador...


Porque el camino de la vida, está lleno de puertas que se abren y se cierran...