Me ayudaste a ver en cada tropiezo, un escalón para alcanzar mis sueños

Autor: Kary Rojas

Libro: El fabricante de sueños

 

 

Me enseñaste a soñar con volar, desde antes de aprender a caminar...

Y cuando pude dar mis primeros pasos por la vida, en cada tropiezo, en cada caída, me dijiste que no me diera nunca por vencida. 

Soñaste con verme llegar lejos, y aunque te dolían mis tropiezos, no dejabas de creer en mí, más alimentabas mis sueños... 

Intenté caer muchas veces en la rutina y comodidad... me dejaba llevar por los juegos, no quería estudiar... 

Y en ti no encontré jamás reproches, ni resignación... no me justificabas, ni tampoco la toalla tirabas... tu mayor sueño era, que me levantara y luchara... 

Que le demostrara al mundo mi grandeza interior, mis muchas capacidades, los dones que me dio Dios... 

Me repetías una y otra vez que no solo podía ser igual, sino mejor que los demás, que no dejara apagar mis sueños, sino que luchara por ellos. 

Me fortalecías con frases de optimismo, me exigías dar todas mis energías... para que no me midieran por mi estatura, sino por lo grande de mis obras. 

El éxito no significaba jamás caer, sino aprender a hacer de cada tropiezo un escalón, para alcanzar mis sueños... 

Y cuando me preguntabas que quería ser cuando fuera mayor, yo te decía mil cosas, soñaba con cualquier profesión... desde astronauta, veterinario, músico, filósofa, hasta escultora... 

Tu me apoyabas en lo que fuera, pero me decías: en lo que decidas, sé la mejor... 
Me conseguías libros, folletos, de todo aquello que quería... me invitabas a seguir soñando y luchar por hacer mis sueños realidad....

Desde ese momento cada caída no significaba estar vencida, sino un reto de superarme y escalar la cima... 

Durábamos horas charlando, construyendo sueños, imaginándonos cuando yo fuera mayor, me veías llegar muy lejos, y decir con orgullo: esa es mi hija, mi mayor ilusión. 

Aprendí de tu mano y tu ejemplo de vida... que cada tropiezo y caída, es un escalón para triunfar, que no destruye mis sueños, sino que los hace realidad...