Tu verdad, mi verdad, la verdad

Autora: Kary Rojas

Libro: Almas gigantes



Hoy quiero hablar de tu verdad, mi verdad, LA VERDAD... en ello se basa nuestra vida, en su búsqueda, en defenderla, en asumirla y proclamarla... 

La humanidad, se enfrenta por defender cada uno su propia verdad; y hay quienes se cierran a todo y no logran ver más que lo que consideran es su verdad...

Pero existe tan solo UNA VERDAD, que muchas veces es lejana a tu verdad y mi verdad, porque no piensa en beneficios propios, se fundamenta en lo ideal, en aquello que Dios pensó y soñó, cuando creó el universo y todo lo que en él hay, y que tal vez no responde a lo que creemos es nuestra verdad. 

Hay quienes se pasan la vida, encerrados en su propia verdad; les hace falta descubrir la voz de Dios que nos habla y nos da a conocer la VERDAD en todo lo que nos ha de rodear...

Y aunque decimos tener fe y hablamos con Dios, le decimos en nuestra oración: Señor, que se haga tu voluntad, pero ten presente lo que quiero y lo que es mi verdad... 

Decimos conocer LA VERDAD, pero asumimos la nuestra, porque sentimos que para poder sobrevivir, hay que defender la propia verdad y dejamos a un lado esa VERDAD que es la que nos dará la verdadera PAZ. 

Vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír; hasta sentimos y pensamos aquello que solo queremos pensar y sentir... así construimos nuestra verdad, y creemos que solo ella es la que vale. 

Cada uno defiende su propia verdad, y se dan enfrentamientos por ella, las guerras del mundo, se deben a eso, la desunión de las familias, los divorcios, los lazos que se rompen, todo eso sucede, por una verdad humana que se expresa y por la cual se ha de vivir, una verdad que aunque se asume, no da paz, deja vacío en el interior, porque muchas veces no se construye desde la VERDAD, esa que Jesús dejó escrita en su Evangelio, esa misma que selló con en la cruz; esa VERDAD que es la que debemos adoptar, vivir, asumir como nuestra PROPIA VERDAD...

Los Santos alcanzan la perfección, cuando logran hacer suya LA VERDAD, y la hacen realidad en su vida, como un libro abierto que se lee, que tal vez muchos no entienden, porque no saben reconocer esa VERDAD, que da PAZ, le da sentido a la vida, aún en el reir o llorar. 

La realización personal, se alcanza, cuando se reconoce LA VERDAD y se enfoca nuestra vida, en ella, en aprender a seguirla, conocerla, asumirla, ofrecerla... 

Y cuando se entiende que solo hay una VERDAD, se ve la vida con nuevos ojos, se abren los caminos, surgen los sueños, se siente paz en cualquier momento o situación... aunque el resto del mundo vaya en contra nuestra, aunque la humanidad no vea las cosas con los ojos de Dios, el experimentar que no se trata de la verdad propia, sino de vivir una sola VERDAD, es lo que nos da fortaleza de seguir hasta el final. 

Al entender la VERDAD, se da respuesta a muchas dudas que surgen al querer construir la propia verdad; y se llenan los vacíos que se forman al encerrarnos en nuestra verdad; y hasta parece que camináramos contra corriente, que somos diferentes, que nos vemos el mundo igual; porque no basamos nuestra vida en esa verdad que tal vez solo respondía a nuestra humanidad y fragilidad; ahora, luchamos por aprender a vivir LA VERDAD, que libera, fortalece, reanima, ilumina, nos da la PAZ... esa es la VERDAD viene de Dios, que su Hijo JESÚS nos dio a conocer en la CRUZ y que el Espíritu Santo, nos renueva con su Luz...

Hay quienes dejan su camino porque descubrieron que tal vez iban en busca de su propia verdad, dejando a un lado LA VERDAD, y deciden volver a buscarla para llenarse de ELLA; o por el contrario, hay muchos que renuncian a LA VERDAD y se van en busca de la verdad que intenta vender el mundo, esa que se ofrece como única, esa que niega a la VERDAD, y ofrece las respuestas que queremos oir, calma ansiedades, da placeres, aparentemente, se dice a sí misma que es la que evita al hombre y a la mujer sufrir...

Quiero aprender a escribir, LA VERDAD de Dios en mí, esa que intento descubrir en mi pequeñez, en tantas cosas de mi vida que a veces no logro entender, pero que sé que vienen de El, de su VERDAD; porque si intento asumir la verdad de otros o encerrarme en mi propia verdad, no tendré paz, solo vacío y soledad...

Amigazo, ayúdame a entender, asumir y proclamar desde mi humanidad y fragilidad, la grandeza de TU VERDAD...