El arte de ser feliz

Autora: Kary Rojas

 

 

Los seres humanos hemos sido creados por y con amor; partiendo de 
esto, encontramos el primer y más grande motivo o razón para ser 
feliz… 
Escudriñamos la felicidad en personas, lugares, cosas, experiencias; 
y muchas veces esa búsqueda nos hace sentir frustrados y vacíos, 
porque la felicidad no está más allá, sino en nosotros mismos…

La humanidad y fragilidad es la capacidad de caer, fallar, llorar, 
romperse, cansarse; pero a la vez con el poder de levantarse, 
rectificar, renovarse, continuar, llegar… Ser humanos y tener 
debilidades, no significa ser creados para sufrir y estancarnos o 
refugiarnos en la caída o el error… Por el contrario, ser humanos 
implica estar en ese constante proceso de perfección y construcción 
de la propia paz y realización. 

No somos felices, cuando cimentamos nuestra felicidad desde lo 
material y superficial; pensando siempre en lo que no tenemos, 
comparándonos con los demás, porque siempre vamos a querer más y ser 
lo que no somos; mucho menos deteniéndonos y acariciando los 
problemas; inventando motivos para sentirnos tristes, auto 
compadecernos, rendirnos o renunciar, creando apegos, alimentando 
vacíos, justificando nuestras pocas ganas de seguir y luchar…
No valoramos lo que somos y poseemos, sino que estamos en la 
búsqueda de querer ser, hacer y tener lo de otros… sin darnos cuenta 
que muchos de ellos tampoco son felices con eso que carecemos y que 
poseen… 

Nos quedamos estancados en el pasado, nos encanta experimentar 
dolor; escuchar la canción que nos trae tristes recuerdos; pensar en 
el ser amado que se fue o murió, enfrascarnos en una relación que 
terminó, aferrarnos a gente que ya no quiere tener nada con 
nosotros, atraer las memorias de aquel momento triste que ya pasó; 
alimentamos resentimientos, guardamos cajas llenas de papeles, 
cosas, que solo nos deprimen, fotografías que nos duelen, nos 
acostumbramos a vivir pegados a lo que nos está matando, muchas 
veces decimos que es por amor; más bien será por falta de amor 
propio, a tal punto que nos volvemos masoquistas revolcándonos en 
nuestros sufrimientos, gritándole al mundo entero nuestras cuitas, 
para inspirar lástima y fortalecer nuestra propia autocompasión; 
buscando motivos para quejarnos y hacer de nuestra oración un muro 
de lamentos que a veces pretende culpar al mundo entero y aún al 
mismo Dios… 

La felicidad está dentro de uno mismo, en todo lo que a diario se 
nos regala y el valor que en sí tiene; si logramos hacer inventario 
de lo que poseemos, contemplarlo y dar gracias por ello; nos daremos 
cuenta que es mucho más lo que tenemos que lo que nos hace falta; 
pero que por lo general nos detenemos a pensar y acariciar nuestros 
vacíos y penurias, en vez de extasiarnos con las bendiciones que nos 
expresan de mil formas el inmenso amor de Dios… Somos poco felices 
con lo mucho que tenemos y vivimos muy afligidos por lo poquito que 
nos hace falta…

Podemos ser feliz y experimentar la paz interior, si dejamos de 
mirarnos con los ojos de los demás y optamos mejor por descubrir en 
nosotros lo que Dios espera y el sueño que en cada una de sus 
criaturas El quiere realizar… 

Somos felices cuando aceptamos en paz nuestras fragilidades y 
limitaciones; convirtiéndolas en retos por superar; y no tratamos de 
medirlas ni compararlas con las de los otros; nadie es igual a 
nadie, no nos desgastemos siendo imitadores y añorando del otro tan 
solo su apariencia o sus posesiones… porque en ello no está la 
felicidad…

Dios se goza en lo más sencillo y pequeño; El esconde en ello su 
grandeza y perfección, a fin de que sólo logran descubrirlo, 
aquellos que no miran con los ojos, sino que observan y contemplan 
con el corazón…

Estamos escribiendo historia, pero no nos estanquemos 
convirtiéndonos en leyenda o tradición, no nos desgastemos queriendo 
cambiar lo que no tiene solución; no sigamos destapando heridas para 
seguir sufriendo por lo que ya pasó; nada es para siempre, aún la 
noche más oscura se acaba cuando aparece con el nuevo día, el sol…

La felicidad está dentro de ti y tienes todo para ser feliz; haz 
lista de tus bendiciones, de todo lo que puedes hacer, de tantas 
riquezas que posees, aunque muchos quizás no las ven, lo importante 
es que tú mismo las descubras y las multipliques en la medida en que 
las pones al servicio de los demás; si logras hacer feliz a otros, 
desde tu propia felicidad; más feliz serás… recuerda el más grande 
Mandamiento de nuestro Amigazo Dios: Ámale sobre todas las cosas y 
ama al otro como a ti mismo, no en vez de a ti mismo… no olvides esa 
gran verdad… 

Y ahora que ya lo sabes y aún estás vivo, empieza a ser feliz, 
estando muerto ya no puedes hacer nada; mientras vivas puedes 
disfrutarlo todo, Dios nos ha dado el poder de salvarnos y salvar; 
vivir y dar vida, sonreír y dibujar sonrisas… 

No lo dejes para mañana, empieza Hoy, porque HOY es MAÑANA…