Catequesis

Dios es Espíritu Santo

Autor: Padre Juan Manuel del Río C.Ss.R. 

Correo: delriolerga@yahoo.es

 

 

ESQUEMA

 

—En la Biblia, y particularmente en el NT, el Espíritu Santo aparece como:

·        Presencia y acción de Dios,

·        Actuando sobre todo en la persona y en la vida de Jesús.

—Cristo y la Iglesia nos enseñan:

·        Que todos los cristianos recibimos el Espíritu Santo

·        Primordialmente en el sacramento del bautismo y de la Confirmación.

·        Que toda la vida cristiana, en consecuencia, está movida por el Espíritu Santo.

—Nos preguntamos: ¿Quién es el Espíritu Santo?

 

En la Biblia no hay una definición, propiamente dicha, del Espíritu Santo. Aparece más bien en forma de imágenes y símbolos. Por ejemplo:

 

·        Viento (Gn 1,1)

·        Fuego (Hch 2)

·        Agua viva (Jn 3,5; 7,38; 1Jn 5,8)

·        Abogado y Consolador (Jn 14, 16-26)

·        Impulsor de la vocación de los profetas (Is 61,1; Ez 11,5; 1Sam 16,13), etc.

·        Siete dones (Is 11,2)

·        Frutos del Espíritu (Gal 5,22-23)

·        Carismas (1Cor 12-13)

·        Nuestra adopción filial (Rom 8,14-16)  

 

—El Espíritu Santo actúa:  

·        Siendo la presencia viva y activa de la acción perenne de Cristo glorificado en la Iglesia y en el mundo

·        En la misión de la Iglesia, testimoniando que es una obra divina, que es Dios quien la conduce, a pesar de las apariencias humanas.

·        En la vida de los cristianos para que bajo su acción demos testimonio de Cristo resucitado. (“Nadie puede decir: Jesucristo es Señor, si no es bajo la acción del Espíritu Santo” (1 Co 12, 3).

·        Esta presencia activa comienza en el bautismo.

—Afirmamos nuestra fe en Dios:

·        Como Ser omnipotente

·        Que todo lo crea, cuida y guía.

—Entre otras cosas, esto significa:

 

·        Que tiene en sus manos el mundo y la historia;

·        Que es un Padre lleno de bondad que se preocupa del hombre;

·        Que llama a la existencia lo que no existe;

·        Que el mundo no es fruto de azar;

·        Que su Espíritu alienta soplo de vida sobre todas las cosas:

·        Que toda la Creación glorifica al Señor.

—La Sagrada Escritura presenta la creación:

·        Como la obra maravillosa de Dios

·        Donde, desde el comienzo mismo, su Espíritu (el ruaj, el aliento de Dios) aletea sobre las aguas primordiales (Gn 1,1)

·        Donde la creación misma se convierte en Historia de salvación.

·        El Espíritu de Dios lo cuida todo, lo sostiene todo, y a todo da vida.

·        Sin su continua presencia, el mundo, las cosas todas, volverían a la nada.

—En consecuencia:

·        El Hombre, varón o mujer, está animado y vivificado por el Espíritu de Dios.

·        El hombre, dotado de un alma espiritual e inmortal, es imagen viva de Dios.

·        Es quien mejor, sobre el resto de la creación, siente sobre sí la fuerza y unción del Espíritu de Dios.

·        Por lo mismo, toda la vida del hombre es una constante pregunta y una búsqueda continua de Dios.

Conclusión:

·        A Dios no se le estudia: a Dios se le ama y se le vive.

·        Pues el Espíritu Santo es quien viene a nosotros, los bautizados, para realizar lo que Jesús anunció a los apóstoles: “Si me amáis de verdad, obedeceréis mis mandamientos, y yo rogaré al Padre para que os envíe otro Abogado que os ayude y esté siempre con vosotros: el Espíritu de la verdad” (Jn 14,15).

·        Y también: “Os conviene que yo me vaya. Porque, si yo no me voy, el Abogado no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. Cuando él venga demostrará a los que son del mundo dónde hay pecado, dónde un camino hacia la salvación y dónde una condena… Cuando venga el Espíritu de la verdad, os guiará para que podáis entender la verdad completa” (Jn 16, 7-14).

·        Es el Espíritu quien da testimonio de Cristo, ante todo, en el corazón de los discípulos, preparándolos y fortaleciéndolos mediante la verdad para poder hacer frente a la acción del mal y llevar adelante el plan de Dios, trazado sobre el mundo.