Muchacha de Guatemala

Autor: Padre Juan Manuel del Río C.Ss.R. 

Correo: delriolerga@yahoo.es 

 

 

Muchacha de Guatemala,
de ojos lindos y profundos,
hoy estoy triste por ti
y tú lo estarás por mí.

Recuerdo tu piel morena,
tu hermosa grácil figura,
de palmera, y tu risa,
limpia, espontánea, serena.

Tus ojos, cual de gacela
que oteara el horizonte
en los claros de la selva
eran los de una princesa.

Hoy he vuelto junto al árbol
donde izabas tu canasta
llena de sabrosos mangos
por recordar tu figura
y aquel tu dulce mirar
sin perder la compostura.

¡Adiós!, al marchar, te dije.
¡Adiós, que te vaya bien!,
con un mohín respondiste,
yo me marché, tú te fuiste.

El árbol sigue en su sitio,
igual de grande y frondoso,
cuajadito está todito
de la bella flor de mango.

A ti te hirió la malaria,
a mí un mortal sentimiento
y una pena irreparable
que no la cura ni el tiempo.

Tu cuerpo virgen descansa
en un claro de la selva
intrincada, misteriosa
del Petén mítico y maya.

Una corona de orquídeas
he puesto sobre la tumba
de aquella muchacha maya
que me quiso en Guatemala.

Dicen que en las noches blancas
de luna llena en el cielo
la han visto acercarte al río
y caminar por la orilla
contemplándose desnuda
en el espejo del agua.

Dicen que se oyen lamentos
al llegar la medianoche
por la selva tropical,
son de una joven princesa
que se murió de malaria
una noche en Guatemala.

Dicen que se oyen suspiros
por la noche en el Petén,
son los ayes de dos almas
que se amaron junto al río
antes de la madrugada
en la Guatemala maya.