La Palabra de Dios vida de la Iglesia

Autor: Padre Juan Manuel del Río C.Ss.R. 

Correo: delriolerga@yahoo.es  

 

 

1.- Dios es Palabra y se comunica:

 

La Carta a los Hebreos dice: “Muchas veces y en muchas maneras habló Dios en otros tiempos a nuestros padres, por ministerio de los profetas; últimamente, en estos días, nos habló por su Hijo” (Hebr 1,1-2).

 

Dios ha hablado de múltiples maneras:

 

·        Por la Creación

·        Por los Profetas

·        Por su Hijo Jesucristo

·        Por la Iglesia

 

Por la Creación:

 

La primera, espléndida y vibrante voz de Dios es la Creación, donde todas las criaturas cantan la gloria del Creador. Como su gran director que es, Dios va dirigiendo esta gran orquesta universal, de la Creación, donde nada ni nadie desafina. Y el Hombre es el solista que tiene que interpretar el aria dificilísima de la evolución para llevar el mundo, como diría Theilhard de Chardin, hacia su definitiva grandeza.

 

Toda la Creación es como un salmo de infinita grandeza que canta la gloria de Dios.

 

Por los Profetas:

 

Aunque no él único, pero el profetismo fue el gran ministerio por el que Dios habló de modo particular al Pueblo de Dios. “Dios suscitará de en medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo, a quien escucharéis” (Deut 18,15).

 

La historia del Pueblo de Dios en el Antiguo Testamento está conducida por la Palabra de Dios. Hay personajes concretos que, elegidos por Dios, han sido fundamentales para transmitir el mensaje de Dios: Noé, Abraham, Moisés, Samuel, David, Salomón y tantos otros, entre los cuales los Profetas ocupan un lugar preeminente.

 

Por su Hijo Jesucristo:

 

En el evangelio de San Juan se habla de Cristo como el Verbo, la Palabra.

 

Habiendo hablado Dios de múltiples e ininterrumpidas formas, su Palabra definitiva y más vibrante la da por su Hijo Jesucristo; que es Verbo, pero también “pontifex”, es decir, Puente. Sumo Pontífice de nuestra fe, dirá la Carta a los Hebreos (Hebr 3).

 

Un puente sirve para unir dos orillas. Y Cristo es el puente que une a Dios con el hombre, las dos orillas que permanecían incomunicadas por el pecado.

 

Es Verbo, es decir, la Palabra suprema de Dios: “La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros” (Jn 1,14).

 

Por la Iglesia:

 

Esta Palabra de Dios, Cristo, permanece en la Iglesia, por la que continúa realizando la salvación.

 

El Concilio Vaticano II lo expresa así: “Dios quiso que lo que había revelado para salvación de todos los pueblos se conservara íntegro y fuera transmitido a todas las edades” (DV 7).

 

Esta transmisión se realiza por:

·        Por los apóstoles

·        Por el anuncio que la misma Iglesia hace de la Palabra de Dios.

·        Por el magisterio de los legítimos Pastores.

 

2.- La Palabra de Dios actúa en nuestra vida.

 

La Palabra de Dios se presenta como:

 

·        Palabra de Dios escrita: la Biblia, Antiguo y Nuevo Testamento

·        Palabra de Dios que se proclama:

§        En el culto (sacramentos)

§        Por el Ministerio de la Evangelización por medio de la predicación

§        Por el Magisterio del Papa y los Obispos.

 

Una vez más, el Vaticano II dice: “La Iglesia con su enseñanza, su vida, su culto, conserva y transmite a todas las edades lo que es y lo que cree” (DV 8).

 

La Palabra se hace vida en nuestra vida:

 

Lógicamente, la Palabra exige una actitud por parte del creyente. Lo primero es:

 

·        Escucharla

·        Leerla

·        Abrirse a ella

 

Es así como fructificará. La Palabra es semilla sembrada en la tierra del creyente. Están los que “la oyen y no la ponen en práctica” y los que “la oyen y la ponen en práctica” (Mt 7, 24-26).