¿Existe la Familia ideal?

Autor: Padre Juan Manuel del Río C.Ss.R. 

Correo: delriolerga@yahoo.es

 

 

Una institución de orden natural como es la familia, por más que esté llena de valores, nunca, sin embargo, podrá alcanzar el listón o marca que pudiera llamarse “ideal”.
Es claro que la Familia ideal no existe, ni va a existir. Porque está abocada, no en lo substancial, sino en lo accidental, al vaivén de la contingencia. El día al día, y cotidiano roce con el ambiente que pone límites a esa meta ideal.
La familia se mueve entre dos realidades:
• Esencia
• Contingencia.
La contingencia está marcada por:
• Obligaciones y deberes
• Consumismo
• Privacidad
La personalidad que contiene en sí misma la familia le lleva a:
• Valorarse a sí misma
• Tener sentido de la solidaridad
Siendo esto tan obvio, el trabajo mismo de llevar adelante esta tarea le hace estar siempre en el roce de la realidad que es la que marca la contingencia. Así, por ejemplo:
Las obligaciones y deberes: hacen que la Familia no se limite sólo a sí misma; se debe también a los demás. Depende también de los demás. Cualquier incumplimiento de cualquiera de ambos términos puede ocasionar situaciones conflictivas que redundarán en la precariedad o contingencia.
El consumismo: es uno de los factores que más pueden desestabilizar a la Familia.
En cuanto al factor privacidad: es éste un valor a la baja hoy en día. Comenzando por los medios de comunicación social, son cada más los factores que inciden para que la familia goce cada día menos de este privilegio de la privacidad.
¿Vamos hacia un tipo de familia que se parece más a una empresa que a una comunidad de personas?
En cuanto a la esencia misma de la familia:
• seguramente no.
En cuanto al estilo de vida: 
• posiblemente sí. 
Por otro lado, al poder controlar la procreación, de modo calculado y científico (cosa que no ocurría en el pasado inmediato), en la familia va a primar más:
• la razón que el corazón 
• lo calculado que lo afectivo
• el autoritarismo que el paternalismo
• el individualismo que la puesta en común.

A pesar de todo, y sin caer en la utopía de la familia ideal:
• la familia es el ámbito humano y privilegiado de comunión y de participación: o sea, la relación interpersonal.
• la familia es la escuela del más rico humanismo: la base es el amor.

El Documento Gaudium et Spes del Vaticano II lo dice con una frase rica de contenido y feliz en la expresión: La familia es una “íntima comunidad de vida y amor” (GS, 48). 
Esta comunidad de vida y amor conlleva, naturalmente, la base necesaria de una estructura familiar, que pertenece al primer apartado:
La realidad de lo esencial en la familia.
Esta realidad se caracteriza por ser una estructura: 
• más democrática, menos autoritaria
• más igualitaria, menos prepotente 
• más corresponsable, frente al autoritarismo-obediencia
• más participativa
• más diálogo familiar.

Juan Pablo II, en la exhortación apostólica “Familiaris consortio”, dice que “la familia es la primera, fundamental e insustituible escuela de 
socialidad” (FC, 37).

Es una gran riqueza para la familia tener conciencia de saberse poseedora de una serie de valores que forman su núcleo central y que la hacen solidaria con el conjunto de la sociedad que, a su vez, también está formada de familias.