Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario, Ciclo C

Pedir y agradecer

Autor: Padre José Rodrigo López Cepeda 

 

 

Seguimos a Jesús "en el camino de Jerusalén" cerca ya de la Semana Santa. Somos testigos de que cura a unos leprosos y le duele la ingratitud de la gente. El mensaje nos invita a revisar nuestra oración. ¿Le rezamos a Dios confiadamente? ¿Somos cristianos agradecidos?

Diez curados, pero sólo uno agradecido

En aquella cultura la lepra era una enfermedad terrible, se entendía como una maldición, un castigo de Dios. Eran los sacerdotes los que declaraban la enfermedad y testificaban la curación. Los leprosos quedaban marginados de la vida social. Iban por la calle avisando a la gente para que no se contagiara.

En esta ocasión "vienen a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: Jesús, maestro, ten compasión de nosotros" La necesidad los ha unido. El dolor les hace gritar. Han descubierto que es Jesús el único que los puede curar y se lo piden confiadamente.

Jesús les dijo: "Id y presentaos a los sacerdotes. Y mientras iban de camino, quedaron limpios"

Todos estarían contentos y reconocidos con Jesús, pero "Solo uno se volvió alabando a Dios a grandes gritos" Seguramente que los otros nueve habrían creído que les bastaba el precepto de presentación a los sacerdotes. A Jesús le dolió la ingratitud.

Oración Personal

Los diez leprosos gritan, desde su necesidad: "Jesús, ten compasión de nosotros" Era una oración personal. Todos y cada uno. Y a gritos, porque sienten su necesidad.

Orar es entrar en esa relación personal con Dios. Un tú a Tú. Tengo fe en Él lo siento cerca y le digo cordialmente: ¡Hola! ¡Gracias! ¡Perdona! ¡Ayudame! La relación Orante con Dios se vive en esos cuatro matices: petición, acción de gracias y alabanza , petición de perdón.

Lo mas corriente es pedir. Tenemos tantas necesidades. Algunos se enfadan y creen que Dios esta sordo, porque no consiguen lo que quieren. Pero Él es siempre Padre. sabe nuestras necesidades y nos ha dicho: "Si vosotros siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, cuanto más tu padre del cielo, dará el Espíritu Santo a los que se lo piden" (Lc 11. 13)

La oración es un acto de fe, un dialogo con el Señor. Le pido lo que creo que es bueno para mi, desde la salud, a la suerte de los hijos, pero lo dejo todo en sus manos. El sabe más lo que me conviene.

¿Los Otros nueve en donde están?

Con esa pregunta expresa el Señor su extrañeza. Y hoy nos podrá decir algo parecido a tanto mendigo, con las manos llenas, que no sabemos decir gracias.

Eso que se nos hace tan natural: la vida, la salud, la alegría, el pan de cada día, el tener gente que nos quiere... la fe, la esperanza, el saber que Dios me cuida.... es un don de Dios, que merece gratitud. "¿Que tienes, que no lo hayas recibido? ( 1. Cor. 4. 7 )

Queridos hermanos de la lista: Que verdad mas grande, es que pasamos la vida recibiendo y sin embargo no sabes agradecer lo que recibimos. Nos olvidamos que, todo puede ser camino de gracia, aun en la contrariedad, en la enfermedad, en la soledad... tenemos motivo de gratitud, nunca olvidemos que nos consiguió la salvación desde una cruz.

Recordemos  a Santa Teresa de Jesús. Maestra de oración. que nos dice: "Todas las cosas buenas me han venido por medio de la oración. Orar es estar a solas con Aquel que sabemos nos ama"

Con mis pobres oraciones