Domingo XXIX del Tiempo Ordinario, Ciclo C

DOMUND

Autor: Padre José Rodrigo López Cepeda 

 

 

Hoy, en toda la Iglesia, se nos invita a mirar a las misiones. A encontrarnos con los misioneros. Esos hombres y mujeres, mayores y jóvenes, religiosos y seglares, que están anunciando el Evangelio y necesitan el respaldo de toda la Iglesia, que los envía a anunciar a Jesucristo.

El Evangelio de este Domingo termina con una frase de Jesús, que pone escalofríos en el corazón de los creyentes: "Cuando venga el hijo del hombre

¿Encontrara fe sobre la tierra? Jesús quiere animar el impulso misionero. Y desde las dificultades de la evangelización, en un mundo tan dominado por la indiferencia y el ateísmo nos lanza este reto a los cristianos. Y gracias a estos hombres y mujeres de Dios, que son los misioneros, la fe sigue creciendo en el mundo.

"¿Basta admirarles? ¡Ayudales!"

Nuestros misioneros, que son el orgullo de la Iglesia, trabajan en silencio en los rincones mas perdidos de la geografía del mundo. Son héroes anónimos. Asumen una cultura, una o varias lenguas y unas costumbres distintas. Y allí consagran su vida al servicio de los mas pobres. De vez en cuando saltan del silencio de su vida diaria para darnos una lección de testimonio.

Pero no ¿Basta con admirarles? esta claro que nuestro compromiso como creyentes es ¡Ayudarles! Necesitan nuestra colaboración, para que sigan a manos llenas, sembrando en el mundo el regalo de Dios: el Evangelio de Jesús, que llena de esperanza la vida de los hombres.

La oración es la mejor ayuda

El Evangelio nos d ala consigna de rezar: "Orar siempre sin desanimarse" En otra coacción nos había dicho Jesús: "La mies es mucha, los obreros pocos. Rogad, pues al dueño de la mies, que envíe operarios a su mies" (Mt 9 37-38) Y ahora con esa parábola del juez injusto, que por fin hace justicia a la mujer pobre, nos insiste en las dos actitudes de toda oración: Confianza y Perseverancia.

Y esta pagina evangélica viene preparada por la Lectura del Éxodo. Los ejércitos de Israel vencían en la batalla, mientras Moisés con las manos levantadas, oraba ante Yavé. Es todo un símbolo para este día. La batalla de la fe la dan los misioneros diariamente. Pero somos nosotros toda la Iglesia, los que rezamos cada día, para que "venga a nosotros su Reino" Es significativo que los dos patrones de las misiones, sean San Francisco Javier, que en pocos años gasto su vida predicando el Evangelio, en lejanas tierras. Y Santa Teresita del Niño Jesús, que desde su vida contemplativa, joven enferma, que no dio un paso, ni en la salud ni en la enfermedad, sin pensar en las misiones.

Queridos hermanos de la lista, a pesar de la distancia y de la aparente frialdad de un mensaje electrónico, nuestra fe, trasciende todos los espacios y el tiempo y nos hace compartir la Luz de Evangelio, que si no sentimos como propio, difícilmente podremos mostrar a los demás. . . Todos en realidad desde el día de nuestro Bautismo somos misioneros.

¡Santa María, Madre, ensancha nuestros corazones!

Con mis pobres oraciones