Domingo XVI del Tiempo Ordinario, Ciclo C
“Señor Dios. Tú eres mi auxilio y el único apoyo de mi vida; te ofreceré de corazón un sacrificio y te daré gracias, Señor, por que eres bueno”

Autor: Padre José Rodrigo Cepeda

 

 

1ª Lectura: Génesis 18, 1-10

Salmo: 14

2ª Lectura: San Pablo a los colosenses 1, 24-28

Evangelio: Según San Lucas 10, 38-42


“Muchas cosas te preocupan y solo una es necesaria…”


Marta y María.

Seguimos acompañando a Jesús a Jerusalén. Hoy hacemos un alto en el camino, en casa de sus buenos amigos: Marta, María y Lázaro. Somos testigos de una escena familiar, que ilumina nuestras vidas.



Betania.


La aldea esta cerca de Jerusalén, allí se refugiaba muchas veces Jesús. Para sentir el calor del hogar en medio de aquellos hermanos que le amaban. Betania no esta lejos del monte de los Olivos.

La Liturgia quiere destacar la acogida que le brindaron a Jesús. Por eso el Libro del Génesis leemos, como Abraham ofreció en su casa hospitalidad a unos personajes misteriosos, que venían de parte de Dios y le anunciaron para el año próximo, el nacimiento de su hijo Isaac.

Desde entonces Betania significa lugar de paz, puerta abierta (Los Sacerdotes desde seminaristas aprendemos de memoria las veredas que nos llevan a Betania, que lo es la casa de cada familia que nos adopta como suyos)

En nuestro mundo tan hosco, tan selectivo y tan receloso, es bueno y hasta necesario que sepamos multiplicar el sentido de verdadera acogida que nuestros hogares sean verdaderas Betanias para el peregrino. San Benito les decía a sus monjes “El huésped es Cristo”

Gracias a Dios, en la Iglesia hay muchas Betanias. Casas de Oración, asilos para la tercera edad, casas para enfermos terminales, casas para emigrantes. Eso es lo que la sociedad actual, cuando juzga a la Iglesia no ve. Pero aun los que señalan y critican ahora, siempre tendrán un sitio en nuestras Betanias, es lo mejor que en nuestro mundo actual se puede ofrecer. Un lugar de paz. Frente a ese egoísta refrán: “Cierra la puerta y alaba a tu vecino” está el otro mas evangélico “La puerta abierta, pero mas el corazón”

La escena Familiar


Marta y Maria son las hermanas de Lázaro, que encarnan dos estilos de vida.

“María, que estaba sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra”

“Y Marta se multiplicaba para dar abasto al servicio de casa”

Son las dos maneras de vivir la fe, que se da en la Iglesia. Ora et Labora. Oración y trabajo. Acción y Contemplación. Las dos son necesarias y complementarias. La una surge de la otra.

Pero en la enseñanza del Evangelio de este domingo. Jesús nos muestra el justo equilibrio entre lo uno y lo otro. Y es que en la urgente necesidad de servicio que en la Iglesia tenemos, podemos caer en el extremo de Marta, un activismo que aunque en bien de los demás, necesita de lo más importante y esta es la mejor parte que Jesús señala en el evangelio. Ser Contemplativo. “sentada a los pies del Señor, escuchando su palabra” es la mas sencilla y sin embargo la mas plena explicación de lo que es ser contemplativo, Y es que no es solo la acción del que contempla, si no ante todo la entrega del contemplado. ¿Cuánto daría por una mirada de Jesús? Pues sepa usted querido lector que tal mirada no tiene precio, que es gratuita, para el que se sabe contemplado. Por eso la afirmación de Jesús: “Una sola cosa es necesaria” y es que la otra, la acción, la tarea de evangelizar, de ejercer justicia, de promover acciones sociales, etc.… solas brotaran del alma que sabe Orar y brotan; No como una exigencia de solidaridad social. Sino como una necesidad coherente de lo que creo, de lo que espero, de lo que amo.



Un mundo urgido por el servicio.


No cabe duda que hoy mas que nunca se necesitan manos, para construir una realidad mas fraterna desde el compromiso con los mas desfavorecidos, pero si lo queremos ejercer desde el ser cristianos, antes tenemos que llenarnos de Dios. Y algunos me dirán, ven a mi comunidad y veras que no hay tiempo para contemplaciones, es mucho el trabajo, y lo sé, he sido vicario y párroco y sé de la gran tarea que diario tenemos, pero escuchemos a Jesús que este domingo como a Marta también nos riña cariñosamente, por abandonar la fuente de donde mana todo lo que somos. La oración. “Marta; andas inquieta y nerviosa por tantas cosas…”

Lo uno no quita lo otro y no podemos dejar toda la tarea a los religiosos y religiosas de vida de clausura que se pasan la vida orando por todos, también nosotros tenemos que ser contemplativos desde nuestra vida diaria. La diferencia enorme entre una ONG y la Iglesia será siempre esta: la acción que nosotros realizamos no es nuestra es de Cristo y como es de El esta llena de su Padre, y actúa a favor de nuestros hermanos a trabes de las luces que nos da su Espíritu Santo. Pues si es de Dios solo puede brotar de la intimidad de sus hijos y esta nace de la oración.


Dos en uno


En cada uno de nosotros, seguidores de Jesús, se tienen que dar los dos estilos de vida: acción y contemplación. Rezar porque Dios es siempre primero. Servir a los hermanos, porque Dios se manifiesta en ellos. Y en ellos le tenemos que servir siempre. Contemplativos en la acción.

Así de claro lo oímos el domingo pasado. “Amaras a Dios con todo tu corazón… y al prójimo como a ti mismo” Así vivió Maria. Nuestra Madre su peregrinación de fe.



Con mis pobres oraciones, necesitado de las vuestras