Domingo II de Pascua, Ciclo A
"Paz a vosotros"

Autor: Padre José Rodrigo Cepeda

 

 

El Domingo aplaudimos con entusiasmo al Resucitado. Qué alegría nos da el saber que seguimos de cerca a Alguien, que ha vencido a la muerte. Él nos llena de seguridad, anima a la esperanza, nos da fuerza para seguir caminando. Y la Liturgia de este Domingo, comienza con la visita a los Apóstoles, para animar su fe.

Aunque no lo dice el Evangelio la primera visita sería a su Madre. Allí estaba, en casa, esperandole. Llego, desbordando de alegría el corazón de la madre. Nosotros, oímos de labios de Jesús aquella cosa tan bonita del novio del Cantar de los Cantares: "Levánta, amada mía, hermosa mía y vente. Porque mira ha pasados ya el invierno, han cesado las lluvias y se han ido. Aparecen las flores en la tierra. El tiempo de las canciones es llegado. se oye el arrullo de la tórtola en nuestra tierra..." (Ct. 12 10-12) Y María habría besado las benditas llagas de Jesús.

"Les dijo: Paz a Vosotros"

Al anochecer, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. Entro Jesús y les dijo... "Paz a Vosotros"

No cabía mejor palabra. Tenían derecho a esperar una palabra de reproche. Pero Jesús es distinto a nosotros. Él es el gran perdonador y no podía decirles otra palabra ni mas bonita, ni mas necesaria: "Paz a Vosotros"

También a nosotros nos gusta oír esta palabra: hay paz, han hecho las paces, daos la paz, etc... Pero suele ser una palabra empobrecida. Casi siempre es expresión de mano tendida, de equilibrio de fuerzas, de una tregua en la lucha. La palabra Paz no siempre significa, como en Jesús, corazón grande, que se da del todo y lo da todo.

El "Shalom" de Jesús es la plenitud de su amor, de bendición, de bondad. Era decirles en aquel momento de miedo. "No temáis. Soy Yo "

Podría haberles dicho: ¿os acordáis del abrazo del Padre en la parábola del hijo prodigo, de la alegría de los novios de Caná, al beber el vino nuevo, de la samaritana cuando corrió a su gente olvidando el cántaro, de la seguridad de la oveja perdida en el hombro del Buen Pastor, de Pedro cuando recogía mi mirada de perdón en el Cenáculo o cuando no quería que se terminara el buen momento del Tabor, o de la paz que encontró el Buen ladrón en la cruz? Pues todo eso y mucho más, va escondido en esta palabra de salutacion "Paz a vosotros"

La Paz os dejo, es "fuente de agua, que brota para la vida eterna" es "río de aguas viva" y "pan que da la vida" es "vida en abundancia". La Paz "soy Yo" nos dice Jesús.

"Como el Padre me envío así os envío yo" Nosotros acogemos esta Paz de Jesús y nos convertimos en embajadores de la paz, testigos con la vida, constructores y sembradores de paz, con palabras, gestos y toda nuestra vida de "Seguidores de Cristo"

Nuestro mundo de hoy, necesita que vayamos por la vida con el corazón en la mano, y la paz que Jesús nos da.

"RECIBID EL ESPÍRITU SANTO"

Dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: "Recibir el Espíritu Santo

Jesús se los había prometido: "os daré otro paraclito, para que este con vosotros: el Espíritu de la verdad" (Jn 14. 16-17) Y puede decirse que en este momento, que cumple su promesa, nace la Iglesia .

El Libro de los Hechos de los Apóstoles, será el Evangelio del Espíritu Santo los Apóstoles con esta fuerza, creen en Jesús, hacen obras, cambian de corazón. Comunican a todos la Paz del Señor.

Queridos Hermanos de la lista. Nosotros necesitamos de esta fe en el Espíritu Santo. La iglesia es siempre un espacio donde se da el Espíritu. La oración, los sacramentos, la propia vida, vivida cerca de Jesús, la caridad... son nuestro Cenáculo donde se nos da el Espíritu. También nosotros lo recibimos para que nuestra vida sea algo nuevo, por eso el Evangelio nos dice que la Iglesia recibió el encargo de perdonar los pecados, precisamente el día de la Pascua. ¡Dichosos nosotros porque creemos sin ver!

Que del corazón de María hagamos nuestra morada.