Retiros Espirituales

Febrero 2003

Autor:  José María Lorenzo Amelibia

Pagina Web: Mística

                  

     

Desde hace veinticuatro años (1979) seis amigos sacerdotes nos reunimos dos veces al año para celebrar retiro espiritual. En verano, cuatro días. En Pascua, una mañana. Te ofrecemos aquí varios puntos de nuestro retiro, con el fin de que te pueda ser útil.

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Siempre, al comenzar el retiro, es necesario hacer silencio interior. Dedicar a ello el tiempo necesario. Leer algún pasaje del Evangelio o del Nuevo Testamento. Hacer actos de respiración ventral para lograr sosiego y paz interior. Relajación y concentración. Comenzar con atención consciente y voluntaria y presencia de Dios. Ahora te propongo estos puntos de reflexión y oraciónm fruto de nuestros encuentros veraniegos.

1.- ¿Adónde te escondiste...? "Oh qué amor tan fino se encierra en tu pecho... Véante mis ojos, muérame yo luego. Muéstrame el lugar donde está escondido... Quisiera verlo en todas las partes: en el campo, en la hierba, en el cielo, en los astros, en las montañas, en la gota de agua... " Verlo en la Eucaristía; ahí sí está presente como en el Cielo. Verbo de Dios; esposo mío, amor de mis amores. Haz entre nosotros una relación de amor; de amor inseparable, de amor eterno y perfecto. Escondido estás en el seno de nuestro corazón, en lo más recóndito de nuestra alma. Ajeno al ojo mortal; presente por la fe y el amor. Presente en mis manos sacerdotales; real hoy, como real el día en que por primera vez abría el Sagrario, como aquella vez en que por vez primera te hice bajar sobre blancos corporales. ¿Adónde te escondiste, amado, y me dejaste con gemido? ¡Véante mis ojos, dulce Jesús bueno; véante mis ojos muérame yo luego!

2.- La fe es un don de Dios muy grande, independientemente de que la vivamos con grandes consolación o con amargura y desconsuelo. Santa Teresa del Niño Jesús vivió parte de su corta vida llena de sequedad. Escribió varias páginas en este sentido. Afirma que gozaba hasta entonces de una fe tan viva y clara que el pensamiento del Cielo constituía su felicidad. "Que todos los que no viven iluminados por la antorcha de la fe, la vean por fin brillar". Y termina pidiéndole a Dios la gracia de no ofenderle jamás. No hemos de asustarnos ante la sequedad ni abandonar la oración.

Teresa del Niño Jesús sufrió mucho con la sequedad, pero no se rebeló. Fue un poco como Job. En su sequedad y desazón se acordaba de los pecadores. Y viéndose morir en el total abandono, piensa solo en Jesús. ¡Buen modelo para nuestras crisis prolongadas en total sequedad; buen modelo para no desanimarse! Y reconoce que la prueba le fue enviada en el momento en que podía soportarla. Cuando me viene a mí el desaliento por la "pertinaz sequía" quiero pensar que puedo soportar la prueba mejor que cuando el Señor me colmaba de sus consuelos. Lo único que me preocupa si a causa de al sequía aflojo en el amor o en el servicio de su Reino. Vamos a seguir adelante confiando en la misericordia del Señor que nos guiará hasta el fin.

 

3.- Necesito, Señor, una fe más viva, mucho más viva, que evite todos mis cansancios e incomunicaciones contigo. Esto le pido al Señor en los momentos de mi retiro, cuando me acerco a él en plan de revisión mensual. Te lo ofrezco a ti también ahora por si te gusta esta petición. A fin de cuentas es lo que leemos en el Evangelio: Señor, yo creo, pero aumenta mi fe. Pienso que contrariamos al Señor con una de las contrariedades más amargas: el abandono de la Eucaristía o lo que es lo mismo: misas y comuniones rutinarias, sin preparación, sin acción de gracias, iglesias cerradas al fervor eucarístico, falta de intimidad con Jesús. Las almas con esto se privan de ríos caudalosos y mares de gracia. Por eso tanta indiferencia e irreligiosidad. Vamos a decirle a Jesús: me acerco a Ti hoy con el deseo de que cambies mi corazón. Quiero ser del todo alma enamorada de la Eucaristía.

Sabemos que Jesús está entero, en cuerpo y alma, presente siempre entre nosotros, pues vamos a vivir esta presencia: es pura lógica de fe. Que este problema es no de los ateos, ni de las almas un tanto alejadas; el problema es precisamente de quienes somos católicos, incluso católicos líderes, pero no vivimos con total entrega esta gran verdad.

4.- Desde que José Manuel Feito me dijo a sus casi 66 años que todos los días de su vida reza los quince misterios del Rosario, me he propuesto ayudarme más y con mayor fervor de esta devoción que nunca la he descuidado, aunque algún día ya se me olvida. Lo cierto es que mi experiencia de fe me confirmar: temporada de rezo muy atento y sentido del Rosario, época de gran fervor de espíritu. Ahora intento unir esta devoción a mi oración personal, a mi meditación. Mira un ejemplo de un día cualquiera: por la noche preparo los puntos de oración, leyendo unos párrafos en las meditaciones de Garzón. Así los he resumido hoy los cinco puntos, que al día siguiente uno al rosario:

1.- Señor, te comunicas con los puros y humildes; hazlo conmigo.

2.- Señor, no me ocultes tu rostro; dame para ello humildad y limpieza de corazón. 3.- ¡Habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida!

4.- Virgen María, que merezca contemplar el rostro del Señor por toda la eternidad.

5.- Dadme el don de oración; dadme el don de abnegación.

¿Cómo los aplico? Rezo del Rosario normal. En cada avemaría:.. "y bendito es el fruto de tu vientre Jesús", - en la Resurrección. (En cada misterio terminar esta parte del avemaría, con la invocación del misterio). Después con atención el "Santa María... ahora y en la hora de nuestra muerte, amén" y añado -1. "Señor, te comunicas con los puros y humildes, hazlo conmigo". Así en cada final de avemaría de todo el primer misterio. En todos los "Santa María" del 2º misterio el nº 2, etc.

Se reza así el Rosario de maravilla, durante media hora. Lo único que importa es el recogimiento; se puede hacer paseando siempre y cuando no haya jaleo alrededor. La oración sale muy bien, sin apenas distracciones. Eso sí, es preciso molestarse y prepararla a la noche y transcribir en un pequeño papel cada uno de los cinco puntos. Merece la pena, porque luego la oración influye mejor durante todo el día. Cinco misterios así, estupendo. Si en otro momento dedicamos otra media hora a otros cinco misterios, mejor aún.

5.- Apreciar las letanías lauretanas, las tradicionales. Son bellísimos piropos que dirigimos a la Virgen María, para mí son fuente de meditación y con frecuencia suelo decirlas a la Madre. Salud de los enfermos, refugio de los pecadores, consoladora de los afligidos, auxilio de los cristianos... Otra cosa, cuando rezo el "Santa María", no restrinjo tan solo la intención de "ahora y en la hora de nuestra muerte", al momento final de nuestra existencia en la tierra; me fijo en el morir de cada día, de cada momento: las pasiones; la ira, la gula, la pereza o envidia, el odio o la indignación, la desidia o la enemistad incipiente. He de ir "muriendo" cada día tantas pasiones y desarreglos... Que la Virgen María me vaya ayudando.

6.- Quiero hacer un propósito; lo voy a apuntar. Dar cada día tiempo suficiente a la oración. Con calma, sin prisas; estar allí fijo, ocupado solamente en mi relación con Dios.

7.- Desde hace unos años voy tomando "afición" a meditar la pasión de Cristo. He de confesarte que he permanecido años y años sin apenas pensar en ella. Algo en semana santa y poco más. Me impresionó hace pocos años la vida del P. Nieto y la de otros santos cómo dedicaban horas enteras a meditar y contemplar la pasión del Señor.

Ahora me voy afianzando en ella. Los viernes dedicar un rato de meditación. En mis sábados de "desierto" contemplar los misterios dolorosos. Y por fin recientemente el Viacrucis en casa. Mi crucifijo de misionero está bendecido con una serie de "privilegios" entre otros, creo, el del viacrucis cuando uno está enfermo.

No me fijo en lo de las indulgencias. Que el Señor conceda las que le parezca. Pero sí en la contemplación de la pasión. Y me lleno de agradecimiento y de vergüenza por mi tibieza y frialdad. Parece mentira que digamos muchas veces que tenemos fe y nos pasemos semanas y meses sin agradecer al Señor su entrega generosa y sin un esfuerzo serio por imitarle.

EXAMEN PRÁCTICO

I.- PURIFICACIONES PASIVAS.

- ¿Acepto los sufrimientos que Dios me manda o permite?

- ¿Cómo soporto la enfermedad y los achaques?

- ¿Cómo he sufrido las humillaciones y pretericiones?

- ¿Cómo soporto el dolor?

- ¿Ofrezco con generosidad la sequedad en la oración?

- ¿Me acojo a Dios con fe en las noches oscuras?

¿Si no hallo gusto en las cosas de Dios, lo busco en las cosas ajenas?

- ¿Fomento el ayudar a los demás incluso cuando veo que necesito ayuda?

- ¿He perseverado en la oración en los momentos de crisis?

- ¿Permanezco tranquilo en los brazos de Dios, mientras estoy en medio de la tempestad?

II.- LA PENITENCIA.

- ¿Sueles preparar bien tus confesiones? ¿Cada cuanto tiempo?

- ¿Vas con el firme propósito de cambiar de vida?

- ¿Fomentas en tu vida de relación con Dios la compunción del corazón?

- ¿Cómo haces el examen de conciencia?

- ¿Te sueles fijar en la causa de tus pecados?

- ¿Vas cayendo en el abuso de retrasar las confesiones varios

meses?

- ¿Relacionas la confesión con el examen diario de tu alma y con el examen particular?

- ¿Vas buscando mayor unidad en tu vida interior?

- ¿Unes el sacramento del perdón con tu penitencia voluntaria?

III.- EUCARISTIA, FUENTE DE SANTIDAD.

- ¿Preparas tu misa y tu comunión con actos de fe y amor?

- ¿Aprovechas el tesoro que Dios te da?

- ¿Sacas fuerza de amor al prójimo?

- ¿Llevas una vida comprometida con tu misa y comunión?

- ¿Fomentas la unidad en familia, amistades, compañeros?

- ¿Aumenta tu fe a la vez que tu edad?

- ¿Dedicas tiempo suficiente de acción de gracias?

- ¿Dejas que tu alma se explaye en el amor a Jesús?

- ¿Le pides fuerza para entregarte en amor a los demás?

- ¿Tratas con Jesús en diálogo de amistad?

- ¿Durante el día te acuerdas de que has comulgado?

- ¿Dejas la misa y comunión, pudiendo ir diariamente?

- ¿Practicas la comunión espiritual?

- ¿Se puede notar en tu vida que eres alma eucarística? - ¿Te ofreces al Señor en la misa para lo que El quiera? - ¿Practicas la visita al Sagrario?

ADVERTENCIA FINAL

PARA NOSOTROS ES MUY IMPORTANTE EL RETIRO

Necesitamos dedicar un día al mes al retiro espiritual: medio día en soledad al menos relativa. Día de revisión, de meditación de encontrarnos más próximos a Dios. No es necesario hacerlo varios juntos; bueno sería, pero no siempre es posible. Cuando se hace solo es más "desierto".

Estar sobre todo ese día como la esponja en el mar, sumergidos en Dios. Que las aguas de su amor nos vayan penetrando por esos poros tantas veces ajenos al Señor. Permanecer envueltos en el silencio exterior y sobre todo interior. Dentro de su paz.

Pero no creas que el enemigo de tu paz te va a dejar en perfecto sosiego. Quizás te suscite inquietudes acerca del pasado o del futuro; quizás cunda en tu alma el desaliento o la tristeza. Por eso no vayas a pasártelo bien en esa especie de unción romántica. No vayas a gozar; vete a buscar a Dios. Y tampoco vayas con temor a fantasmas. Pero ayúdale a Dios a que te ayude. Desecha los pensamientos deprimentes, pero sin ponerte a dialogar con ellos. Dile al Señor: ¡Señor, yo te amo; en Ti confío y creo en tu amor!

Mucha gente practica el retiro mensual. Incluso gente trabajadora lo hace con el plan Zen o yoga cristiano. Los conozco, aunque no he estado todavía con ellos.

TERMINAR EL RETIRO DANDO GRACIAS A DIOS POR TODO; PEDIRLE PERDON DE LAS LAGUNAS; HACER PROPOSITO FIRME. Y NO OLVIDAR DE DEDICAR BUEN RATO A LA ORACION DE PETICION. PRÓXIMO RETIRO EN MARZO DEL 2003